La Opinión de A Coruña

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Cobra tramita un parque eólico marino cuatro veces mayor que A Coruña y con conexión en Arteixo

La empresa baraja las opciones de los astilleros de Navantia y los puertos de Langosteira y Gijón para fabricar las estructuras

Parque eólico marino Galwind

El Ministerio para la Transición Ecológica acaba de exponer al público el proyecto de un nuevo parque eólico marino, denominado Galwind, que pretende construir Cobra, antigua filial de ACS, al norte del cabo Ortegal, y que incluye una línea de evacuación eléctrica que llegará hasta la playa de Sabón, en Arteixo. Su área de ocupación es de 164 kilómetros cuadrados, es decir, más de cuatro veces la superficie de toda la ciudad de A Coruña.

El recinto se compone de 68 aerogeneradores con una capacidad de 1.000 megavatios y de dos subestaciones marítimas, destinadas a la evacuación de la energía generada en el parque hasta dos subestaciones de Redeia, antigua Red Eléctrica de España: una situada en Xove y otra en el polígono de Sabón. Una vez en funcionamiento, la producción anual estimada sería de 3.784 gigavatios-hora al año, según recoge la propuesta técnica remitida por la empresa al Gobierno central, que se encargará de evaluar su impacto ambiental.

La conexión con la subestación de Arteixo se realiza mediante una línea de evacuación eléctrica que sale del parque eólico y aterra en la playa de Sabón. La infraestructura marina tiene una longitud de 95 kilómetros. A partir de su entrada en tierra, la línea de evacuación terrestre recorre 470 metros hasta su destino.

La conexión con Xove se ejecuta mediante otra que sale del recinto y llega a la Punta de Susprados, en Cervo. La línea marina tiene una longitud de 45 kilómetros. A partir del punto de aterraje, la línea de evacuación terrestre recorre 7,75 kilómetros hasta una subestación elevadora de nueva construcción.

La documentación presentada por Cobra también revela las opciones que se barajan para la fabricación de la plataforma flotante del parque eólico marino. En función del diseño realizado y del material utilizado, unidad flotante de hormigón estructural o acero, se optará por una opción u otra. En el caso de la primera alternativa, se realizaría en los astilleros de Navantia en Ferrol, debido a su cercanía. Allí se fabricaron cinco plataformas de la misma firma para el parque eólico marino Kincardine, en Escocia. Si se elige el hormigón, el puerto exterior de A Coruña en punta Langosteira y el de Gijón serían opciones a estudiar para su fabricación, “analizando diferentes opciones de fabricación para asegurar la calidad necesaria”.

Debido a la profundidad del parque eólico, el proyecto plantea la utilización de “subestructuras flotantes como cimentaciones de las turbinas marinas”. Estas estructuras se fijarían al fondo marino mediante medios de anclaje de tal forma que se mantendrían posicionadas en sitios fijos preestablecidos de forma permanente. Se instalaría una turbina en cada subestructura flotante.

La antigua filial de ACS defiende que las plataformas flotantes “tienen un impacto ambiental potencialmente menor al requerir menos actividades en el fondo marino durante la fase de implantación que aquel que tiene lugar en el caso de los aerogeneradores marinos con diseño fijo”. Además, señala que “al estar más alejadas de las costas, tienen un impacto acústico y visual menor que las instalaciones fijas que requieren menores profundidades del fondo marino”.

Por otro lado, Cobra asegura que este recinto de producción de energía renovable es “una solución más dentro del mix que necesita Galicia para lograr la transición energética”.

Parque eólico marino Galwind

Los proyectos eólicos en tramitación cubrirían el 70% del consumo de electricidad de Galicia de un año

La Comisión Europea tiró de las orejas a España por el patente retraso en el envío a Bruselas de los planes de ordenación del espacio marítimo (POEM) que, entre otras cuestiones, identifican las zonas aptas para el desarrollo de la eólica marina. El plazo finalizó el 31 de marzo del año pasado. A la espera de la aprobación definitiva prevista para este otoño, los promotores han ido presentando sus proyectos de offshore en base a los borradores del Ministerio para la Transición Ecológica para cada demarcación.

Hay cinco en total, sometidos ya a las consultas del resto de administraciones, organizaciones ambientales y representantes de los sectores afectados. Además de los usos energéticos, los POEM deben velar por la convivencia entre actividades —el tráfico marítimo, el turismo y la pesca, especialmente— y que ninguna de ellas suponga una amenaza para la diversidad medioambiental y el patrimonio natural. El diagnóstico inicial sitúa a Galicia entre las zonas con mejor recurso en España para la explotación de la eólica flotante. Iberdrola aspira a construir dos parques aquí; la alianza de BlueFloat y Sener impulsa otro; y Cobra acaba de iniciar la tramitación de una cuarta instalación. Entre todos juntan 3.180 megavatios (MW) de potencia y estiman una producción de 11.700 gigavatios/hora anuales, el equivalente a casi el 70% del consumo actual de electricidad en la comunidad.

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