La Opinión de A Coruña

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El polígono de Morás, en Arteixo, de Estrella Galicia a Aluman

Los dos proyectos destacados del polígono se ponen en marcha | La fábrica de cerveza ya está en construcción y la de fachadas ecológicas espera por la licencia de obra

Recreación de las oficinas de la fábrica de Estrella Galicia en Arteixo. | // LA OPINIÓN Carlos Pardellas

El polígono de Morás, en Arteixo, ha vivido dos momentos claves a lo largo de este mes. Hijos de Rivera, matriz de Estrella Galicia, inició oficialmente las obras para construir su nueva fábrica de cerveza, con una inversión de 400 millones y con la que garantizará su expansión internacional, y se hizo público el proyecto que Aluman pretende desarrollar para poner en marcha una instalación de montaje de fachadas ecológicas, a la que destinará 29 millones. Se trata de las dos grandes iniciativas previstas en este parque empresarial situado en Arteixo, que la Xunta mantuvo a medio ejecutar durante años y que ahora se ha relanzado, con una ocupación cercana al 70%.

La compañía cervecera adquirió una parcela de 466.137 metros cuadrados, casi la mitad de la superficie disponible para empresas en el polígono, para desarrollar una iniciativa que considera estratégica para su crecimiento. En junio de 2019 se cerró la operación por un precio de venta de 22,2 millones de euros, “la mayor adjudicación de suelo empresarial realizada a una empresa por la Xunta en su historia”, según aseguró el Gobierno gallego. Tres años después, a principios de este mes, la empresa realizó el acto de inauguración de las obras sus nuevas instalaciones, con las que aspira a llegar, en varias fases, a producir 1.000 millones de litros de cerveza, el doble de los que genera la fábrica de Agrela, con una inversión de 400 millones de euros, y ser de las mayores de Europa. Su presidente ejecutivo, Ignacio Rivera, señaló que la producción de esta nueva fábrica permitirá dar el “salto de internacionalización” al grupo, ya presente en 70 países, que no se podía afrontar con las instalaciones actuales, que se han quedado pequeñas. También manifestó que, aunque hubo “tentaciones” de hacerla en otras comunidades, que daban condiciones “mejores”, la compañía apostó por Arteixo por el “compromiso con nuestra tierra”.

Uno de los pilares claves que estuvo siempre presente en las negociaciones para que este proyecto se pudiese desarrollar en Morás fue el suministro de agua. La empresa pedía garantías de que iba a poder abastecerse del embalse de Cecebre, como hace con su factoría de A Coruña. Para superar este obstáculo, el Concello arteixano y Augas de Galicia idearon un plan: la construcción de un colector desde el polígono de Vío a Morás.

La primera fase de la fábrica, según los cálculos de Rivera, estará disponible en marzo de 2024, con una producción de 300 millones de litros. La inversión en este caso es de 189 millones de euros y la compañía estima que creará 60 puestos de trabajo fijos y directos. Cuando se completen todas las fases, el coste de los trabajos llegará a los 400 millones.

La otra gran iniciativa prevista en este parque empresarial es la que promueve Aluman, que ejecutará una factoría de fachadas ecológicas y energéticamente eficientes. Ya ha solicitado la licencia de obra al Concello de Arteixo, que estudia la propuesta técnica presentada. La inversión prevista asciende a un total de 29 millones de euros, según confirman fuentes conocedoras de esta actuación.

La documentación que ha entregado la compañía, que ahora tiene sus instalaciones en el polígono de Sabón, recoge que “el aumento de demanda y la proyección futura para ampliar la cartera de proyectos emblemáticos” ha hecho a la empresa plantearse “la creación de un nuevo centro productivo” que albergará “la producción de fachadas singulares, ecológicas y energéticamente eficientes, dotándola con el equipamiento necesario para responder a la demanda prevista”. Los trabajos se desarrollarán en cinco fases.

Las instalaciones se dividirán en cuatro edificaciones: fabricación de envolventes, oficinas, zona de madera y vestuarios. Contendrán áreas de suministros y procesos de corte. La parcela en la que se situarán ocupa cerca de 100.000 metros cuadrados.

El proyecto tiene como objetivo avanzar en el concepto de fábrica, “pasando del modelo por oficios o puestos, que la empresa posee en las instalaciones actuales, a un modelo de fábrica inteligente, donde se prima la mano de obra cualificada que aporta muy alto valor añadido”, según recoge la documentación presentada por la empresa.

El polígono ganará 70 parcelas con la tercera fase

La demanda de parcelas registrada en el polígono durante los últimos meses ha llevado a la Xunta a poner en marcha la tercera fase, con la que se crearán 70 nuevas parcelas. Xestur, organismo autonómico que gestiona este parque empresarial, ha sacado a concurso público los trabajos para acometer la urbanización de este ámbito, que cuenta con una superficie de 227.554 metros cuadrados en total. El coste de la actuación está estimado en 5,8 millones de euros y la duración de las obras está fijada en 14 meses, con lo que es previsible es no se terminen antes de 2024. Una vez finalizado este proyecto, con el que se acondicionará el terreno y se ejecutarán los viales, se generarán 70 parcelas, que tendrán una superficie de entre 1.000 y 13.000 metros cuadrados. No todas serán destinadas a suelo industrial, ya que una parte de ellas serán utilizadas para equipamientos públicos como un aparcamiento. Además, quedarán habilitadas seis calles.

Las obras de urbanización también supondrán la construcción de las redes de servicios básicos: pluviales, saneamiento, abastecimiento, telecomunicaciones, alumbrado, red de baja y media tensión, riego, red contraincendios y gas. A diferencia de otras obras realizadas en el polígono, “el diseño de la actuación tiene como precepto evitar en la medida de lo posible los desmontes” para intentar evitar la “ejecución de voladuras”, según recogen las bases del contrato de la obra. “Al ubicarse el proyecto sobre un substrato rocoso, cualquier desmonte a ejecutar presentará grandes dificultades a la hora de extraer el material, siendo habitual tener que recurrir a explosivos para su extracción. Estas explosiones, a pesar de que serán controladas, suponen molestias”.

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