Una avería durante el dragado de la ría de O Burgo obligó a cerrar las compuertas de la laguna de Fonteculler
La rotura de un tubo provocó que se rebasaran los niveles de turbidez fijados en el recinto | Se aplicó el protocolo de control del material vertido y se instaló una barrera adicional
Vista de los trabajos durante la rotura de uno de los geotubos que obligaron a cerrar las compuertas de la laguna de Fonteculler. / L. O.
Los trabajos de dragado de la ría de O Burgo registraron un percance en la zona de Fonteculler. Uno de los geotubos que canalizan lodos hacia la laguna de Fonteculler, donde se decantan y filtran para su posterior reincorporación al estuario, sufrió una rotura, lo que conllevó la superación de los niveles máximos de turbidez fijados, por lo que se aplicó el protocolo de control y se cerraron las compuertas de la laguna por completo.
Envases con material pétreo colocados como barrera para la turbidez. / Sara Vázquez
La rotura del geotubo se produjo el 11 de octubre. Para contener las aguas turbias, se procedió al cierre de las compuertas el día 25 del mismo mes, de acuerdo al protocolo, y se controló el material contenido por la conducción en el propio recinto de contención, describe el informe de seguimiento ambiental del dragado de la ría.
Barrera y envases pétreos para contener la turbidez. / Sara Vázquez
“La causa de la incidencia fue el lavado del material procedente del geotubo que se descosió el día 11, que fue arrastrado al bombeo e impulsado a la laguna”, explica el informe.
Además de controlar los materiales vertidos y cerrar las compuertas, “Como medida adicional para el control de la turbidez en la laguna de Fonteculler se ha instalado a modo de barrera de laminación una serie de bigbags —envases flexibles en forma de saco— con material pétreo de cantera y una barrera antiturbidez”, describe el documento.
Zona de la laguna de Fonteculler cuando se rompió el geotubo. / Sara Vázquez
Los trabajos del recinto de Culleredo, al margen de la avería, concluyeron con la finalización del escollerado del encauzamiento de Rego de Trabe el 10 de octubre. Desde entonces, se finalizó la medición en continuo de la turbidez mediante las boyas instaladas frente al recinto cullerdense y se retiraron el día 21.
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