Seis décadas de La Sociedad de Sada: la tercera generación encara un nuevo cambio de ciclo

La nueva directiva, de la que forman parte nietos de los fundadores, amplía la programación para relanzar este centro, que jugó un papel dinamizador fundamental en los años ochenta

Un grupo de la escuela Sadanza

Un grupo de la escuela Sadanza / CARLOS PARDELLAS

La tercera generación de la Sociedad de Recreativa, Cultural y Deportiva de Sada sopla las velas de sus sesenta cumpleaños con el reto de pilotar el cambio de ciclo de una entidad que supuso en su día un importante revulsivo para Sada. Su presidente, Juan Brandariz, más conocido como Juanchu, es nieto de uno de los fundadores, concretamente del socio número 16.

“Los años dorados fueron los ochenta. Sada tendría entonces unos seis mil o siete mil habitantes y la mitad del pueblo era socio. La Sociedad fue la primera biblioteca, el primer gimnasio... En esos años La Soci era un cañón”, rememora Juanchu, que fue uno de esos chavales que pasó buena parte de su infancia y juventud entre las cuatro paredes de ese edificio ubicado a pie de playa. Ahora, afronta con sus compañeros de directiva, Clara Lago, Cristóbal Santos, Lourdes Cobián y Daniel Amor, el cambio de etapa.

De izquierda a derecha, los integrantes de la directiva Lourdes Cobián, Juan Brandariz, Cristóbal Santos y Clara Losada.

De izquierda a derecha, los integrantes de la directiva Lourdes Cobián, Juan Brandariz, Cristóbal Santos y Clara Losada. / CARLOS PARDELLAS

Los hábitos han cambiado. La Sociedad primigenia, la que se puso en pie los años sesenta, tenía su epicentro en el salón de la televisión, un electrodoméstico del que todavía carecían muchos hogares. Después llegaron los años de apogeo, en los setenta y ochenta, marcados por la puesta en marcha de servicios de los que carecía entonces la villa y por la programación de espectáculos, conciertos, representaciones teatrales, fiestas, bailes, conferencias que hicieron de La Sociedad un hervidero social.

Ahora, sesenta años después de su fundación, la nueva directiva busca ampliar su base con nuevas actividades que enganchen a familias, a millenials y a la generación Z. La directiva tiene clara su meta: “Familias con niños. Eso es a lo que nos encaminamos”, explica Brandariz.

Ahora son cerca de trescientos socios, aunque usuarios hay alrededor de novecientos. Su buque insignia es la escuela de danza, Sadanza, aunque otras clases como las de piano o guitarra ganan adeptos cada día, al igual que el club de la calceta, que se ha convertido en un punto de encuentro intergeneracional.

Participantes en el club de la calceta de La Sociedad de Sada.

Participantes en el club de la calceta de La Sociedad de Sada. / CARLOS PARDELLAS

Los cimientos, junto al mar

La primera piedra de La Sociedad de Sada se colocó el 15 de julio de 1962. Un artículo publicado en el blog Praza da Pescadería por Maruja Babío, socia durante muchos años de esta entidad, repasa su historia, que arrancó a principios de la década en un local de la plaza de San Roque.

El nacimiento de La Sociedad supuso un importante revulsivo para Sada en un momento de estrecheces y carencias. “Todo era novedad, las tertulias, la tele, un lugar para encontrarse con los amigos...”, relata esta sadense que recuerda que en muy poco tiempo, esta entidad recreativa logró reunir a más de medio millar de socios.

La buena acogida animó a los impulsores a embarcarse en un proyecto más ambicioso y negociaron con el Ayuntamiento la cesión en régimen de concesión de unos terrenos a pie de playa para levantar un edificio con diversas salas para la celebración de todo tipo de actividades.

La construcción arrancó en 1962. Los propios socios colaboraron en los trabajos para levantar la primera planta del edificio diseñado por Andrés Fernández Albalat. Los setenta fueron los años de expansión, con la construcción de la segunda planta y la puesta en marcha de nuevos servicios, como el gimnasio, salas de juego o biblioteca. Durante los años posteriores, La Sociedad bulló con la celebración de los populares fiestas de carnaval y bailes, la creación de la coral polifónica, la rondalla, los grupos de baile gallego y los equipos de veteranos.

Dos hombres anuncian una actuación en La Sociedad de Sada en la década de los setenta.

Dos hombres anuncian una actuación en La Sociedad de Sada en la década de los setenta. / LA OPINION

Entre otros hitos, Maruja Babío recuerda la visita de los reyes Juan Carlos y Sofía en 1976, del expresidente Gerardo Fernández Albor, intelectuales como Isaac Díaz Pardo. El salón de actos acogió las conciertos de Fuxan os Ventos, Miro Casavella o Amancio Prada. En unos años de político, el auditorio fue además de las ponencias de Fernando González Laxe y Cristina Almeida.

Nueva etapa

La nueva directiva se marca ahora el reto de consolidar La Sociedad del siglo XXI. “Ahora ha perdido un poco el tema social, antes venían los chavales a pasar toda la tarde, pero hay más actividades que nunca”, explica Juan Brandariz. La entidad ha ampliado la oferta para atraer a los más jóvenes. Entre las novedades, clases de guitarra, batería o bajo eléctrico y la programación de conciertos para dar a conocer a las jóvenes promesas, como Ale Rosende.

Clases de guitarra en La Sociedad

Clases de guitarra en La Sociedad / CARLOS PARDELLAS

La pandemia puso a prueba su resistencia de La Sociedad, pero la programación online supuso un balón de oxígeno para muchas familias en el confinamiento “Los primeros días fueron una locura, pero los socios lo agradecieron un montón, les ayudó a mantener la rutina”, explica Brandariz.

Sadanza es el “buque insignia” de La Sociedad. Su directora, Clara Losada, es una de las integrantes de la directiva. Como Juan Brandariz, pasó media juventud entre sus cuatro paredes. “Cuando llegué de pequeñita de Zamora me apuntaron a ballet”, relata. Ella, dice, es de las que se “apunta a un bombardeo” y sus alumnas son unas “currantas” natas. “Son superresponsables”, destaca. Esta escuela, que no para de crecer y en la que se imparten distintas disciplinas, ha alcanzado repercusión a nivel nacional con su participación en programas como Got Talent o The Dancer. Un éxito que esperan, funcione como talismán en esta nueva etapa.

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