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La Xunta da luz verde al cuarto parque eólico en el entorno del Monte do Gato

La promotora renuncia a uno de los siete molinos tras comunicar unos vecinos de Oza-Cesuras el hallazgo de unos petroglifos

Vista desde el Monte do Gato.

Vista desde el Monte do Gato. / L.O.

La Consellería de Medio Ambiente ha emitido una declaración de impacto ambiental favorable al parque eólico Seselle, promovido por Galenergy. La Xunta considera que este proyecto es “ambientalmente viable” tras renunciar la empresa promotora a uno de los siete aerogeneradores por su impacto en unos petroglifos localizados recientemente en el ámbito.

Se trata del cuarto parque eólico en el entorno del Monte do Gato que recibe la bendición autonómica a pesar de las movilizaciones vecinales para reclamar el blindaje de este enclave bajo la figura de parque natural por sus valores ecosistémicos y patrimoniales. La Xunta solo ha tumbado uno de los parques, el de Fontella, de Galenergy, por su impacto en la zona núcleo de la Reserva de Biosfera As Mariñas Coruñesas Terras do Mandeo.

El parque eólico Seselle está proyectado en Oza-Cesuras, en la zona de transición y tampón de la Reserva de Biosfera. El acceso está previsto desde la carretera AC-230, que une Montesalgueiro y Curtis. El proyecto, valorado en 35,5 millones, incluye finalmente seis aerogeneradores tras renunciar la empresa promotora a uno de ellos por su impacto en unos petroglifos y elevar a cambio la potencia unitaria de cada molino de 5 a 5,2 megavatios.

Uno de los conjuntos de petroglifos localizados en el entorno del Monte do Gato.

Uno de los conjuntos de petroglifos localizados en el entorno del Monte do Gato.

Los aerogeneradores tendrán una altura de buja de 127,5 metros y un diámetro de rotor de 145 metros. El plan recoge además una red de media tensión que unirá todos los molinos con una subestación, la apertura de 4.564 metros de nuevos viales y la construcción de una torre meteorológica de 127,5 m de altura

En la declaración ambiental, la Xunta destaca que la actuación no afecta a hábitats naturales prioritarios o de interés comunitario ni a ningún espacio que reúna importantes valores ambientales, aunque admite que se ubica muy cerca de As Brañas do Deo, incluidas en la propuesta de ampliación de la Red Natura que no llegó a aprobarse.

Medio Ambiente apunta que el ámbito se considera área protegida por un instrumento internacional dado que forma parte de la Reserva de Biosfera. Dos de seis aerogeneradores se proyectan en la denominada zona tampón y el resto, en la zona de transición. La Dirección Xeral de Patrimonio Natural concluye que “no es previsible que el proyecto genere efectos significativos, siendo compatible con la preservación del patrimonio natural y la biodiversidad”.

El Instituto de Estudos do Territorio, en la misma línea, considera que la afección de este proyecto es asumible y concluye que los principales impactos sobre el paisaje derivan de los efectos sinérgicos que se producen por la existencia de otros proyectos eólicos en el contorno y la proximidad de los aerogeneradores a los núcleos de población e a las vías de comunicación”. Este organismo advierte con todo que el impacto sinérgico sobre aves y quirópteros es “significativo”. Detalla que en un radio de 20 kilómetros están previstos o construidos cien aerogeneradores, lo que complicará el vuelo de las aves, pero destaca que hay una distancia mínima de tres kilómetros entre los molinos y que el flujo migratorio en esta zona se realiza por la costa.

Sobre el impacto en el paisaje de este parque en relación con los otros previstos, la Xunta concluye que su afección supone un aumento “casi nulo de tan solo un 0,78% de la visibilidad”.

Impacto al patrimonio cultural

El principal escollo que tuvo que superar el parque eólico Seselle guarda relación con el patrimonio cultural. El hallazgo de cinco conjuntos de petroglifos obligó a modificar el proyecto. Fueron los vecinos los que localizaron estos grabados prehistóricos, que llevaron a la empresa promotora a renunciar al aerogenerador ubicado en las proximidades.

Bruno Prada, el vecino que localizó los petroglifos, acomapado por integrantes de las plataformas vecinales.

Bruno Prada, el vecino que localizó los petroglifos, acomapado por integrantes de las plataformas vecinales. / L.O.

La Dirección Xeral de Patrimonio Cultural da por válida la enmienda y emite un informe favorable condicionado a un proyecto de medidas compensatorias. Entre otras posibilidades, la Xunta plantea la compra de los terrenos que albergan los petroglifos para garantizar su conservación y puesta en valor. La Consellería de Cultura advierte además que los trabajos deberán ejecutarse con un estricto control arqueológico y que las obras deberán paralizarse en caso de nuevos hallazgos.

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