La Fundación de Wenceslao coge aire

La Diputación de A Coruña asume su mantenimiento pero la entidad continúa “en precario”

La casa museo de Wenceslao, sede primigenia de la fundación, durante una actividad en 2018.   | // VÍCTOR ECHAVE

La casa museo de Wenceslao, sede primigenia de la fundación, durante una actividad en 2018. | // VÍCTOR ECHAVE / Sara Vázquez

Tras una demora debida a trámites burocráticos y algunas complicaciones, la Fundación Wenceslao Fernández Flórez se ha liberado al fin y por completo del pago de los gastos de funcionamiento y mantenimiento de la casa museo que difunde la obra del autor desde Cecebre. La entidad continúa su actividad “en precario”, sin personal para atender visitas o abrir con regularidad por semana, según asegura su presidente, José Luis Castro de Paz. Sin embargo ya solucionó los obstáculos que llevaron las facturas de luz o calefacción a las cuentas de la fundación durante más tiempo del debido, ya que el anterior convenio firmado con la Diputación, titular de la vivienda, ya preveía que la institución provincial asumiera estos costes. Con la situación ya normalizada, la Diputación renovó en su último pleno, la semana pasada, el acuerdo para sufragar estos gastos.

El organismo provincial ya abonó a la Fundación los gastos de facturas que había pagado desde la firma del convenio anterior hasta que consiguieron solucionarse los trámites y contrataciones para asumir el mantenimiento. Esta fórmula se había planteado como solución provisional hasta que la Diputación y el Concello de Cambre llegasen a un acuerdo para que la casa museo pasase a ser de titularidad municipal. Las conversaciones iniciadas no han concluido con consenso y el Ayuntamiento asegura que, en su momento, envió una propuesta a la que la Diputación no contestó.

“En mi opinión personal, esa solución, que se planteaba como provisional, se perpetuará y eso [el acuerdo para que la casa pase a manos del Concello] no creo que vaya a pasar nunca”, sospecha Castro de Paz, quien apunta que la Fundación no formó parte de aquella negociación y relata que, por la información que tenía, “las posiciones iniciales eran de total desencuentro”.

El Ayuntamiento, al margen de la titularidad de la casa, tiene un convenio de colaboración con la Fundación que le permite “sobrevivir”, asegura su presidente, quien subraya las diferencias entre esta y otras fundaciones. “No tenemos personal. Nadie cree que Wenceslao Fernández Flórez merezca una fundación”, lamenta Castro de Paz, quien sostiene que la solución sería “tener un patrocinio decidido del Concello”, ayuda que asegura haber pedido sin éxito y que considera que la entidad merece después de desarrollar “un servicio cultural que era como una segunda concejalía”, por las actividades que ofrece de forma voluntaria desde hace años, en las que es clave la directora de la casa, Alicia Longueira Moris.

“Es una cosa de lo más precario. Yo veo otras fundaciones y alucino, pero ya sabía, cuando accedí a la presidencia, de la precariedad y las dificultades de una fundación tan pequeña, que no tiene la importancia de otras”, afirma Castro de Paz.

Detalla que realiza buena parte de los trabajos de divulgación, como la revista Volvoreta, con medios personales. Celebra, aun así, el éxito y reconocimiento de la publicación y avanza que, con ayuda del Ayuntamiento de A Coruña, donde la fundación ha abierto una segunda sede, en el local de la Asociación de la Prensa de A Coruña —de la que Fernández Flórez fue fundador y secretario—, editarán un libro con artículos de prensa de Wenceslao, “muchos completamente desconocidos porque estaban perdidos en periódicos fuera de Galicia”.

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