Juan Carlos Paz Viñas, policía homenajeado en Oleiros: “Me lancé por el tejado a rescatarla porque no soportaba la idea de verla caer al vacío”

“Desde la pandemia hemos visto muchos chicos que piensan que la vida es una mierda”

Juan Carlos Paz Viñas

Juan Carlos Paz Viñas

Juan Carlos Paz Viñas es el ejemplo de profesional por vocación, por devoción de servicio público y con afán de anonimato, de no querer destacar. Por eso este oleirense que pronto cumplirá 33 años como Policía Local, lo pasó mal cuando el pasado jueves todo el pleno de Oleiros se levantó y le aplaudió durante minutos tras recibir de manos del alcalde una mención honorífica por una acción que realizó, “más allá del deber; en septiembre de 2022 con la que, a riesgo de su vida, logró salvar la de una joven de 20 años que amenazaba con lanzarse al vacío desde el tejado de un edificio en Perillo.

La joven a la que salvó la vida el año pasado, ¿sabe cómo se encuentra?

Me llamó su padre hoy [por ayer], al salir en prensa lo de la mención honorífica. Me dijo que la chica está bien, que está yendo al psicólogo pero retomó los estudios y todo va bien.

No puedo imaginar mayor satisfacción que la de saber que le ha dado una segunda oportunidad a una persona, que le ha dado un futuro.

Yo no podía soportar la idea de ver a aquella chavalita cayendo al vacío, no podía. Físicamente, y por edad, se me parecía a mi hija, que tenía 22. No podía verla cayendo. Mi mayor orgullo es que todo salió bien.

Pero pudo salir muy mal. El relato de lo que sucedió es para hacer una película.

Recibimos un aviso del 112, llegamos la patrulla a la zona y había dos guardias civiles que estaban muy preocupados. La chica estaba en el tejado, había salido por un Velux y decía que se iba a tirar. Los guardias habían intentado rescatarla pero ella había amenazado con tirarse si se acercaban. Mi compañero, Emilio Rocha, estuvo hora y cuarto hablando con ella para intentar convencerla de que no se tirara. Supimos que la había dejado el novio o que habían discutido, y ella estaba muy mal, decía que no quería vivir. Yo llevaba puesto el chaleco antibalas e hicimos un primer intento, agarrándome mi compañero por él, pero ella aún se desplazó más abajo en el tejado. Ya nos vimos negros, no veíamos solución y empezamos a llamar a todo el mundo.

A los bomberos, ¿no?

Antes llamamos pidiendo por todos los concellos de la comarca un colchón por si se precipitaba, pero no encontramos. Había uno pero estaba pinchado. Luego llamamos a los bomberos, nos dijeron que tardaban tres minutos en desplegar la escalera. Pero ella al ver la escalera gritó que se tiraba y bajó hasta el borde mismo del tejado. Entonces yo me acordé de que mi compañero Emilio siempre lleva mucho material, siempre le decimos que parece que va para la guerra. Y sabía que llevaba una cuerda en espiral de salvamento marítimo, de las que flotan en el agua, y empecé a improvisar un arnés, pasándomela por las ingles y luego por los brazos como si fuesen tirantes. Mientras lo armaba los demás trataron de distraerla, le enseñaron por la ventana su perro, que lo quería mucho.

¿Los padres estaban viendo todo eso?

Sí, estaban en shock. Recuerdo que el padre me dijo que desde la ventana de la cocina le veía los pies a la hija arriba en el tejado y se puso muy mal. Mi compañero Emilio me dijo que no fuese, era muy arriesgado, pero salí por la otra ventana Velux, sin que ella me viese. Cuando vi que a ella le dio como un ataque de ansiedad, que no respiraba, ya vi que no había marcha atrás, no podría soportar verla caer. Fui reptando por el tejado y me lancé sobre ella y la abracé. Ella se sorprendió, quedamos suspendidos con los pies colgando en el aire los dos y no podíamos salir, no tenía dónde apoyar un pie para izarnos y subir.

¿Y entonces?

No había dónde sujetar la cuerda por lo que quedaron agarrándola mi compañero, los dos guardias civiles y el sanitario del 061, que se enrolló la cuerda a la cintura. Un guardia se hirió en un brazo, creo que lo tienen que operar. Ellos tiraron de nosotros a pulso, izándonos tejado arriba hasta la ventana, primero la metimos a ella y luego yo.

¿Tuvo miedo?

Claro. Y estuve dos días muy mal, tuve que ir al médico. No dormía, tenía jaquecas y pesadillas en las que me veía caer al vacío. Honestamente, después todos los que participamos lo estuvimos hablando, no había otra solución, fue lo único que se podía haber hecho, pero también podía haber salido mal y haber caído los dos al vacío. Después esos días el padre vino a saludarme pero yo no pude hablar con él hasta unos días después, me venía abajo.

¿Fue el peor momento de su carrera?

Me han pasado cosas en todos estos años, accidentes, personas que he visto fallecer, pero nada como esto, y ojalá no vuelva a verme. Desde la pandemia hemos visto a muchos chicos que piensan que la vida es una mierda, en muchos casos por problemas laborales.

¿Qué le dijo su familia cuando llegó a casa esa noche, tras todo lo ocurrido?

No conté nada. Acabamos el turno y no dijimos nada. Mi mujer se enteró a la mañana siguiente porque la sábana estaba manchada de sangre, me quemé un brazo en la fricción del arrastre por el tejado.

Costó convencerle para que recibiese la mención honorífica.

Fue cosa de mi jefe que insistió, yo no quería ir, no me gusta salir, prefiero ser anónimo.

Dijo el alcalde de Oleiros que no va a dejarle jubilarse.

Voy para 33 años como policía, entré con 26 y cumplo 60 en noviembre. Podría jubilarme. Pero me gusta mucho mi trabajo, es mi vocación, y quería seguir hasta los 64 o 65. Lo que me fastidia son los turnos de noche. Después de tantos años, he desarrollado un trastorno del sueño. El turno de noche es de once de la noche a siete de la mañana, llega a casa y a las once de la mañana ya despierto. Por eso pedí al Concello si sería posible, como contempla la legislación, pasar a segunda actividad, no hacer el turno de noche. Cuando tienes una edad, además, ya no aguantas como cuando eres joven.

Me han dicho que el mismo día que le entregaron la mención honorífica en el pleno, el pasado jueves, a las once entró en el turno de la noche hasta las siete de la mañana, de nuevo.

Sí. Tengo pedido el cambio al Concello hace tiempo y aún no me respondieron. Por lo que dijo el alcalde, de que iban a mirar para que no me jubilase, espero que se arregle.

Enhorabuena. Ha salvado una vida, le otorgó un futuro a una joven.

Gracias. Pero a ver si pasa todo esto y vuelvo a ser anónimo.

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