Estaba previsto que a finales de septiembre abriría al tráfico el túnel, el paso inferior de la obra del cruce de Sol y Mar en Perillo, aunque ayer se indicó un nuevo plazo: el delegado del Gobierno, Pedro Blanco, aseguró que “a buen seguro” los vehículos podrán circular por esta zona a finales de este año. El alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane, prometió poner el champán para Navidad y el delegado aceptó venir a brindar. La otra parte de esta obra de 10,5 millones de euros, el tráfico local en superficie y las obras de humanización para convertir este tramo de la antigua Nacional VI en un bulevar con zonas ajardinadas y de ocio, estará finalizada “en el primer semestre de 2024”.
Tras algo más de dos años de obras (desde julio de 2021), está ya en la última fase esta demandada infraestructura que tiene como objetivo aliviar el tráfico en un tramo por el que circulan a diario 50.000 vehículos. Los técnicos responsables de la obra explicaron sus características a las autoridades que ayer visitaron la zona, el regidor oleirense, el delegado y la subdelegada del Gobierno, María Rivas, además de autoridades de la Guardia Civil.
Estos expertos destacaron la técnica empleada para realizar el drenaje de las aguas de lluvia que entren en el túnel. Se han instalado tres bombeos bajo la losa inferior del túnel, así como un depósito de cien metros cúbicos para almacenar agua en caso de que se averiasen dichos bombeos, que aliviarán las aguas pluviales hasta la ría de O Burgo.
Los técnicos subrayaron además la “dificultad” de esta obra por desarrollarse en un entorno urbano, logrando que no se cortase el tráfico y sin afectar a ningún servicio. De hecho el director de obra subrayó que había sido “un milagro” que no se hubiese roto ninguna tubería ni cableado. Subrayó la colaboración del Concello oleirense y de Tráfico de la Guardia Civil y también que no había cerrado ningún comercio durante estos dos años de obras.
Esta obra, además del túnel y la glorieta superior que se ejecutará, incluye la instalación de una pasarela peatonal antes de la intersección, para unir las plazas de Agramar y Areeiros, que están una frente a la otra, separadas por la AC-12. El alcalde destacó que se va a recortar un poco el frente del parque de Agramar para un carril de acceso de los vehículos de los residentes.
En los trabajos de esta infraestructura se han utilizado 800 pilotes, colocados en seis meses, a cuatro pilotes por día, más 200 vigas, teniendo ya la losa inferior de hormigón armado prácticamente finalizada. Falta revestir dichos pilotes, capas de firme, instalar los equipos de bombeo y poner la iluminación. Los técnicos destacaron que la apertura del paso inferior ya ayudará a la fluidez del tráfico y después, con la humanización de la parte superior, se reducirá el “efecto barrera” actual, que divide en dos Perillo.
El delegado del Gobierno aseguró que una vez finalizada totalmente esta obra el Gobierno central ya podrá “afrontar con tranquilidad otros proyectos de gran envergadura; la ampliación de Ponte Pasaxe y la remodelación de la avenida de Alfonso Molina”. También se refirió al dragado de la ría, que indicó que marcha “en plazo”.