Uno de los manjares más preciados del mar fue el protagonista de las comidas ayer en el puerto de Lorbé. La VIII Festa Gastronómica da Centola ofreció bajo una gran carpa una gran degustación de estos crustáceos, aunque los comensales tuvieron ocasión también de probar el producto más emblemático de Lorbé: el mejillón. La iniciativa, que impulsa la Cofradía de Pescadores de Lorbé y se ha situado como una de las fiestas gastronómicas más multitudinarias de la comarca, permitía disfrutar de centollas y mejillones en una gran carpa o restaurantes de la zona, además de ofrecer la opción de llevarse las centollas cocidas a casa. Las centollas se vendían a 18 euros la unidad y cada una de ellas tenía un peso aproximado de un kilo. La celebración estaba prevista para el pasado día 11 de noviembre, el primer sábado de mes, pero la organización decidió posponerla debido al mal tiempo. A finales del mes de octubre, tras anunciar su aplazamiento, se anunció la nueva fecha de la cita.
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