El antiguo campo de fútbol ya es marisma: la regeneración de la playa de Miño encara su fase final
Costas retira el relleno y abre canales para que entre el agua y la vegetación colonice el enclave | El arenal estrena pasarelas y se despide de las invasoras que dañaban las dunas
La noticia ha corrido como la pólvora entre las aves acuáticas. El relleno que engulló una porción de las marismas del Baxoi para construir un campo de fútbol ya es historia. Los trabajos de regeneración de la playa de Miño encaran su recta final con la retirada de la tierra vertida entre los años 70 y 80 y los patos se han dado ya el primer chapuzón en la laguna que ha quedado al descubierto.
El campo de fútbol como tal desapareció hace años. En 2013, la Demarcación de Costas procedió a la demolición de los muros y vestuarios de esta instalación deportiva, pero faltaba lo más importante, recuperar el ecosistema, dado que sobre el relleno “abundaba vegetación arbustiva no característica del hábitat a restaurar”, detalla el proyecto estatal.
Costas ha trazado unos canales para facilitar el tránsito de agua y el objetivo ahora es que este espacio de 9.000 metros cuadrados sea colonizado por la vegetación propia marismeña, que rebrotará naturalmente condicionada por la salinidad. La conexión definitiva con las marismas se realizará de acuerdo con la cofradía de pescadores para evitar daños en los bancos marisqueros cercanos.
Transformación de Praia Grande
La aparición de esta gran piscina en la parte derecha de la salida de la autopista es una de las principales transformaciones que ha deparado la obra de regeneración de este espacio litoral, castigado durante años por el tráfico, los aparcamientos indebidos y el pisoteo de las dunas por los usuarios del arenal, uno de los más concurridos de la comarca.
La Praia Grande estrenará temporada estival con una imagen renovada. La empresa adjudicataria, Extraco, ha retirado ya parte de la especies invasoras que suponían un riesgo para las dunas, incluidos varios eucaliptos, pinos, álamos o acacias. Los ecosistemas dunares han sido balizados para protegerlos y se han instalado nuevas pasarelas de madera para conducir el tránsito peatonal y evitar que los ecosistemas sigan sufriendo la presión de los turistas.

Una de las nuevas pasarelas de madera de la playa Miño / LO.
Los trabajos se centran ahora en la construcción de un nuevo paseo en paralelo a la playa y a la carretera CP-4803. La anterior estructura de madera ya se ha retirado y será sustituida por un paseo de jabre-cemento.

Nuevo paseo en construcción en paralelo a la carretera. / L.O.
La obra, adjudicada por 1.375.028 euros, va en plazo y, salvo imprevisto, finalizará en junio, antes de que arranque oficialmente la temporada estival.
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