La acusada del crimen de Paderne mató a su marido porque le hacía «putadas»

Pilar Golpe confiesa ante el jurado haber matado de su esposo y declara que estaba «cansada de él»  

La Fiscalía pide una condena de 20 años porque ella era «consciente de lo que hacía»

La acusada, junto a su abogado, en la primera sesión del juicio por el crimen de Paderne.

La acusada, junto a su abogado, en la primera sesión del juicio por el crimen de Paderne. / Iago López

La acusada por el crimen de Paderne, Pilar Golpe, de 63 años, admitió este martes en la Audiencia Provincial de A Coruña haber matado con un raño a su marido, Manuel Lousas, mientras este descansaba en la cama de su vivienda familiar, alegando que le estorbaba porque le hacía «muchas putadas» y estaba «muy cansada» de él.

La Fiscalía pidió para la acusada una condena de 20 años de prisión por un delito de asesinato con alevosía y parentesco por propinarle cuatro golpes en la cabeza con una herramienta «tipo martillo» en una fecha indeterminada entre el 20 de diciembre del 2022 y el 20 de enero del 2023, según los resultados de la autopsia.

La representante del Ministerio Fiscal reconoció que la acusada sufría un trastorno de bipolaridad y un trastorno de la personalidad. A pesar de ello, afirmó que la mujer «sabía perfectamente lo que hacía». Después de las declaraciones de la acusada, la fiscal solicitó un receso para replantear la acusación y renunció a escuchar la declaración de algunos peritos, como los del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, que elaboraron el examen del cuerpo del marido, unos datos clave para concretar la fecha en la que se produjo la muerte de Manuel Lousas.

En su exposición previa ante el jurado, el abogado de la defensa, Mario Sánchez Trigo, apuntó que los informes médicos ratifican que su cliente padece «bipolaridad y psicopatía» y que también hay constancia de consumo de alcohol, indicando incluso que Golpe ingería hasta dos botellas de licor café al día. Esto le provocaba, argumentó, «desapego de la realidad y le hace ver alucinaciones». «Era consciente de lo que hacía pero no era un acto voluntario», recalcó, diciendo que «no tenía voluntad, por lo que no se trata de un asesinato».

En este sentido, tal y como indicaron los forenses que testificaron en el juicio, el estudio de imputabilidad realizado a la acusada demuestra que, efectivamente, esta presentaba un trastorno bipolar y de la personalidad sobre el espectro afectivo, pero no el psicótico, además de un «leve» deterioro cognitivo. «Era consciente de lo que hacía, y era capaz de discernir el bien del mal. Sus patologías no anulaban su juicio», declararon.

Aseguraron que su relato «no era delirante», y que pudo influir el hecho de que la acusada no estaba tomando la medicación que tenía prescrita, lo que le habría provocado un episodio de «irritabilidad, que puede generar una respuesta poco meditada, como fue su caso», puesto que el matrimonio había dejado de recibir ayuda asistencial en noviembre de 2022 a causa de «las actitudes poco convenientes» de ella con el personal. «Era una persona vulnerable en una situación de estrés», indicaron los forenses.

La entrega del objeto el veredicto al jurado popular será, probablemente, este miércoles a las 10.30 horas. El juicio carece de acusación particular y cuenta además con un jurado popular compuesto por seis representantes y tres suplentes.

Los vecinos alertaron tras no ver al matrimonio en varios días

En el juicio también comparecieron los agentes que entraron en la vivienda de Paderne el 20 de enero del 2023, tras la llamada de unos vecinos, alertados por no ver a nadie en días por la casa, mientras ella se encontraba ingresada en el Chuac por una dolencia física desde el 7 de enero.

Fue entonces cuando, tal y como indicó un agente de la Guardia Civil de Sada, descubrieron el cadáver del hombre, de 64 años, cubierto por una manta en la cama y con la cabeza envuelta una bolsa de plástico. «Cuando entré, enseguida percibí el olor a descomposición, y encontramos el cuerpo sin vida de Manuel en la segunda planta», dijo. También declaró por videoconferencia un antropólogo forense de la Unidad de Antropología Forense del Imelga, que apuntó que la víctima recibió cuatro golpes que le provocaron un «gran traumatismo craneoencefálico» en la zona izquierda del cerebro, «con un objeto contundente tipo martillo de 24 milímetros de ancho» y que tras primer golpe, la muerte puedo producirse en segundos.

La acusada fue detenida el 1 de marzo de 2023 en el hospital en el que seguía ingresada en ese momento, y hasta ahora permanecía en la cárcel de Teixeiro, a la espera de los informes forenses.

Tracking Pixel Contents