El último gran maestro de las artes gráficas

Entre la conmoción, la desolación e incredulidad, recibimos, hace unos días, la notica del fallecimiento de Omar Kessel. Uno de los grandes maestros del arte que convivió con nosotros durante más de treinta años e hizo del mundo del arte algo más grande.

Estuvo vinculado al Centro Internacional de la Estampa Contemporánea situado en Betanzos, donde impartió y compartió, sus conocimientos y maestría en el dominio de las artes gráficas.

Llegó a la Coruña procedente de Cuba por amor. Lo arriesgó todo; tuvo que empezar desde cero y abrirse paso en el difícil mundo del arte. Pero el sentimiento fue más fuerte que la morriña que tuvo siempre por su tierra, su familia y su gente. La muestra es que Cuba, su cultura, sus raíces y su atmósfera, siempre estuvieron presentes en su obra.

Su muerte nos ha cogido a todos por sorpresa, es uno de esos golpes del que tardaremos en reponernos. Lo conocimos al poco tiempo de llegar a Coruña, cuando el Ayuntamiento de la ciudad organizó una exposición de su trabajo y lo presentó al mundo del arte local. Fue ahí cuando la gente de la cultura se rindió a su obra y pudo conocer a un maestro con mayúsculas, a un artista de talento, a un dominador de una técnica exquisita; tanto en artes gráficas como en pintura y, por supuesto, en dibujo. También conocimos a un hombre llenos de valores, de principios éticos, que huyó de la fama, del dinero y del triunfo del arte. Un hombre que amaba profundamente la libertad, el hacer arte y su tierra. Un artista que quiso ser sencillo y humilde, y que nunca tuvo pretensiones artísticas, que le daba igual ser un desconocido para el gran público. Fue una inspiración como artista y como persona.

Su pérdida inesperada es dura, pero nos consuela saber que ya forma parte de nuestra historia y nuestro recuerdo. Nuestra misión ahora es preservar su legado y divulgar su obra.