Un refugio que busca otra oportunidad en A Laracha
La caracterizadora Mara Collazo dejó Madrid y se mudó a A Laracha, la tierra de su madre, hace cinco años para hacer realidad Acougo, un refugio sin ánimo de lucro que ha sufrido múltiples daños a causa del temporal, por lo que su artífice demanda la ayuda de todos para poder mantener en pie la granja

Mara Collazo con Paulina, una de las burras del refugio. / Carlos Pardellas
Mara Collazo, que dedicó toda su vida a la caracterización de personajes en cine y televisión, pegó un giro de 180 grados a su vida cuando decidió dejar Madrid y mudarse a A Laracha, la tierra de su madre, para abrir Acougo, un refugio en el que acoge a animales abandonados y maltratados que buscan una segunda oportunidad. Ahora cuenta con un par de voluntarios que la ayudan a mantener a los animales y la finca en la que habitan, pero la caracterizadora no contaba con Herminia.
«Los efectos de la borrasca fueron terribles para la finca y el mobiliario, y los animales no pueden salir hasta que consigamos arreglar todo», asegura Mara Collazo, que vivió unos momentos muy tensos al ver las consecuencias que dejó el temporal, con parte del tejado levantado, el vallado derribado, el pastor eléctrico roto y la finca «hecha un auténtico barrizal».
Es por eso que ahora es ella la que demanda una segunda oportunidad a los vecinos y a todos los amantes del mundo animal para que le echen una mano y hacer que la granja vuelva a su estado habitual a través de donaciones y ayuda de voluntarios para acondicionar el terreno de la finca, de unas seis hectáreas.

Acougo: un refugio para animale en A Laracha. / Carlos Pardellas
«Financio todo yo, sin subvenciones, pero para hacer frente a este revés necesito la ayuda de más gente», afirma Mara, que cuenta en la actualidad con 67 animales que son como casi como sus hijos, a los que presume a través de sus redes sociales y en su página web, donde pueden contactar con ella.
Acoge a animales abandanonados y maltratados
Entre perros, cabras, ovejas, burros, cerdos y vacas Mara ha formado una segunda familia que no ha dejado de crecer desde que abrió el refugio hace unos cinco años.

Acougo, un refugio para animales en A Laracha. / Carlos Pardellas
«Muchos de ellos son decomisos, es decir, los recibimos cuando hay una denuncia y Seprona se los quita a sus dueños. De no haber este tipo de protectoras, se los llevarían directos al matadero», afirma la caracterizadora, que llegó a la finca en 2020, una semana antes del confinamiento.
«Esta era una antigua explotación ganadera de vacas de leche, y cuando la vi me pareció un sitio ideal para llevar a cabo este proyecto», sostiene la coruñesa, que dispone de permisos para criar todo tipo de animales en el lugar.

Acougo, un refugio para animales en A Laracha. / Carlos Pardellas
Su trabajo la llevó por medio mundo, pero Mara nunca abandonó la ilusión de regresar a su tierra natal para montar su propia granja y crear «un lugar donde los animales no estuvieran encerrados y pudieran morir de viejos». Después de dos años y «mucho trabajo, tanto de restauración como administrativo» y sin ninguna ayuda económica, Mara consiguió que el proyecto lograse llegar a buen puerto, por lo que espera que el temporal sea solo un punto y seguido en su camino.

Acougo, un refugio para animales en A Laracha. / Carlos Pardellas
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