De la óptica a la hostelería para hacer sentir «como en casa»
Víctor Vázquez, que dejó su trabajo para regresar con los suyos, acaba de abrir su segunda cervecería en menos de tres años en Barrañán

Víctor Vázquez, ayer en su local, A Recova Costamar en Rañobre. | Iago López
El arteixano Víctor Vázquez acaba de inaugurar A Recova Costamar, que se suma a A Recova Cervecería, su primer local de hostelería, situado a menos de 500 metros de distancia, a pie de playa, en la parroquia de Barrañán. «Hace tres años abría el primero, y en vistas de lo bien que iba, decidí apostar por Barrañán de nuevo», asegura el empresario, que dejó su trabajo como representante de gafas de sol y decidió iniciarse en el mundo de la hostelería desde cero motivado por volver a casa y reabrir el local que quedaba vacío allí.
«Vi una oportunidad de empezar con un negocio en casa y dedicarme a la hostelería, que siempre me había llamado la atención», asegura el arteixano, que hasta hace tres años su día a día se basaba en viajar por toda España por su trabajo en una empresa italiana. «Quería volver a casa, con mi familia, y hacerlo en Barrañán me parecía perfecto. Llevaba desde los 18 dando vueltas fuera de casa», afirma Víctor Vázquez, que asegura que hasta hace bien poco apenas había oferta hotelera a pie de playa en el lugar, siendo a día de hoy tres los locales que dan servicio a esta zona. «El entorno pide parar, porque las vistas son muy bonitas», dice el arteixano, que cuenta con menú del día de lunes a viernes, además de tapas, bocadillos y raciones.
El nuevo local, antiguo bar y estanco, es, en palabras del hostelero, «un sitio de paso para muchos vecinos, y cuenta con muchas posibilidades». Al igual que al primero, Víctor le dio un «lavado de cara» para ofrecer a los clientes una cervecería «de toda la vida, pero a su vez con un toque moderno y acogedor». En un principio, fue un amigo el que le avisó de la oferta de locales en Barrañán. A día de hoy se siente «agradecido» de haber accedido a escucharlo y lanzarse a la «aventura».
El trato con la gente es lo que más le llamaba de la hostelería, ya que afirma que durante sus años fuera de casa aprendió que los bares y restaurantes funcionaban como un refugio para muchos que, como él, pasaban tiempo fuera de casa. «También atendemos a vecinos cada día, porque al final es un lugar de encuentro en el que la gente se siente acogida, al menos es la sensación que me transmiten ellos», sostiene el empresario, que quiere hacer sentir a los demás como si estuviesen en su casa, al igual que él cuando estaba lejos de los suyos.
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