La papelería de Arteixo convertida en taller de Sargadelos

La papelería de Mariví Novoa, situada en la localidad arteixana de Meicende, alberga desde el verano pasado una trastienda detrás de las estanterías de la prensa y de los libros en la que ella, junto al resto de su familia y amigos, crearon «la segunda sede de Sargadelos». Así la llaman ellos, indica la librera, que decidió ceder su local a Los Chinchetas de Meicende, su comparsa, para crear sus propios diseños, que arrasaron en prácticamente todos los concursos de disfraces a los que se presentaron este año.

Primero fue Montouto, seguido de Arteixo, A Coruña y Oleiros. La comparsa logró el primer puesto en las cuatro localidades, y ahora ya tiene puesto el foco en la próxima edición, puesto que destinarán todo el dinero de los premios a seguir «entroidando». «Hicimos todo con una máquina de coser, cuatro tijeras y mucha silicona», cuenta Mariví Novoa, que dice que para llevar a cabo esta recreación de Sargadelos no pararon ni un solo día. «Aquí no libramos ni domingos ni festivos, y a medida que se iba acercando el día, lo normal era salir de la papelería a las dos de la mañana», añade.

Aladino y Sargadelos, reyes del Carnaval coruñés

Desde el Pelegrín del Xacobeo, hasta Las Meninas o el pescador. Los arteixanos repasaron de arriba a abajo el catálogo de la famosa empresa de cerámica lucense para dar vida a sus figuras de porcelana más míticas. Y, así, la comparsa imprimió una foto de sus preferidas, y al lado de cada una crearon una ficha con la descripción del disfraz y las medidas de cada uno de ellos. Y, poco a poco, los bocetos fueron cogiendo forma en el taller de la papelería.

«Ni en nuestros mejores sueños nos imaginábamos que lograríamos tantos reconocimientos», asegura la arteixana, que fue la encargada de la parte creativa del proyecto, puesto que está especializada en diseño gráfico y en fotografía. Pero, más allá de los premios, la comparsa se queda con la respuesta que recibió de la propia marca. «Subieron fotos nuestras a sus redes al lado de algunas de las figuras reales», indican los miembros de Sargragrelos, el nombre que escogieron en un principio. «Estamos en contacto con Sargadelos. Igual hasta llegamos a hacer alguna colaboración con ellos», dicen.

Una sola costurera en la comparsa

Cada uno con su propia esencia y vestuario, pues no hay dos trajes iguales. «No fue fácil», cuenta Hermi Álvarez, la única costurera del grupo, que enclavó su pequeña máquina de coser al taller de Meicende para poner en práctica las clases de costura de los últimos dos años. «Lo primero que haremos con el dinero de los premios es comprarle una máquina nueva», señalan sus compañeros. «Más que un grupo, somos una gran familia, y eso se nota», sostiene Mariví Novoa.

La librera espera que el taller siga en pie muchos años más, y sus compañeros ya tienen la mirada puesta en los disfraces del año que viene. Para cerrar esta edición solo falta el desfile que realizarán este domingo, 9 de marzo, en Meicende, junto a otras dos comparsas. «Es el broche perfecto a este Entroido, que fue absolutamente brutal para nosotros», dice Mariví, que indica que ya perdieron la cuenta de las fotos que les pidieron por la calle. «Este año superó con creces nuestras expectativas». añade.