Dolores Vázquez, premio Úrsula Meléndez de Texeda: «Para mí, en mi corazón, todavía necesito un perdón del Gobierno»

La betanceira agradece el reconocimiento público a sus vecinos y familiares

Dolores Vázquez recibe un homenaje en el Concello de Betanzos

Europa Press

Cientos de betanceiros se reunieron este domingo en el Liceo para rendir homenaje a su vecina, Dolores Vázquez, que recibió el premio Úrsula Meléndez de Texeda por su «tesón y fortaleza» tras haber sido acusada falsamente por el asesinato de Rocío Wanninkhof, la hija de su expareja, hace 25 años en Mijas (Málaga). «Deberíamos haber hecho esto hace mucho tiempo», comenzó diciendo la alcaldesa, María Barral, que dijo que este era un día marcado en rojo en el calendario de todos los betanceiros. «Perdón Loli, en nombre de todos y con el corazón en la mano», dijo la mandataria, que reconoció que el Estado no estuvo y sigue sin estar «a la altura». 

Dolores Vázquez se mostró muy emocionada y agradecida por el reconocimiento de sus vecinos, con los que lleva conviviendo unos siete años, cuando decidió volver a su tierra. «Para mí, en mi corazón, todavía necesito un perdón del Gobierno. Sé que la alcaldesa es parte de él, pero ellos son mis vecinos y me conocen. Esto va más allá», sentenció la betanceira, que dijo que, a pesar de todo, recoge este reconocimiento «sin rencores», pues dijo que este es uno de los momentos más felices de su vida, en parte, gracias a su familia y vecinos. 

«Ellos nunca me dejaron sola», aseguró Vázquez, que dijo que el hecho de que la acogiesen tan bien después de todo hizo que hoy se sienta «todavía más orgullosa de ser betanceira si acabe». Y es que, 25 años después de su detención, Dolores Vázquez, recibió su primer perdón público en su municipio, al lado de los suyos. «Antes nunca salía, porque me daba vergüenza, pero en cuanto puse un pie en Betanzos, todo el mundo me dijo ‘´ven, siéntate con nosotros’», afirmó.

La homenajeada recordó que un principio, después de pasar 17 meses en la cárcel por un crimen que no cometió, decidió marcharse a Reino Unido para «sentirme libre», fuera del foco mediático. Y aunque reconoció que su vuelta no fue fácil, en especial en Málaga, el lugar en el que ella vivía y donde se cometió el asesinato de Rocío Wanninkhof, los suyos siempre estuvieron de su lado. «Muchos me creyeron desde el primer día, y mis amigos de Málaga y de Betanzos siempre han estado ahí», señaló.

El caso se remonta a 1999, cuando la joven Rocío Wanninkhof, de 19 años, desapareció en Mijas (Málaga) y, tras varias semanas de búsqueda, apareció su cadáver. Dolores Vázquez, expareja de su madre, fue detenida sin pruebas claras y, después de un juicio plagado de irregularidades, un jurado popular la declaró culpable de un «crimen pasional». Pasó 519 días en la cárcel hasta que se ordenó la repetición del juicio. Entre tanto, en 2003 apareció en Coín (Málaga) el cuerpo sin vida de otra adolescente, Sonia Carabantes. La policía encontró a su asesino, el británico Tony Alexander King, y al cotejar las muestras con el caso Wanninkhof se descubrió que era el mismo culpable y Vázquez quedó exculpada.

Público asistente a la entrega del premio.

Público asistente a la entrega del premio. / Casteleiro / Roller Agencia

La alcaldesa habló en nombre del resto de la corporación, que aprobó este reconocimiento por unanimidad, así como de sus vecinos, para pedir perdón. «Perdón por unos poderes del Estado que no estuvieron a tu lado y que siguen sin estar a la altura. Perdón por cada mirada injusta, por cada duda, por cada condena personal y global, por cada codazo y gesto de abandono», dijo Barral, que aseguró que el Úrsula Meléndez de Texeda, que este año celebra su décimoséptima edición, es para mujeres valientes, «como Loli». «Hoy estamos aquí para decirte que te queremos y admiramos tu fortaleza, tu entereza y tu dignidad, porque a pesar del dolor nunca te rendiste», aseguró.

La regidora de Betanzos dijo que este premio es una forma de honrar la memoria de su vecina, que, en palabras de Barral, «nunca volverá a sentirse sola». Le tendió la mano y aseguró que ella es un ejemplo de dignidad y de tesón. «Fuiste víctima de una sociedad que en lugar de protegerte te condenó, pero hoy estamos todos aquí para intentar resarcir un mínimo de ese dolor, aunque nada será nunca suficiente», aseguró la alcaldesa de Betanzos.

«El sentirse mal, el no querer, lo único que consigue es amargarte»

A pesar de que considera que el perdón todavía es «insuficiente», Dolores Vázquez aseguró que ella aprendió a vivir sin rencor para poder seguir adelante. «El sentirse mal, el no querer, solo consigue amargarte», sentenció la betanceira, que dijo que lo importante es no mirar atrás. Reconoció que el apoyo que recibió y recibe de sus vecinos es el motivo por el que no se planteó marcharse de Betanzos desde que llegó. «He salido muy poco desde hace siete años, y eso es gracias a todos vosotros, por quererme tanto», dijo. 

La betanceira afirmó que en este caso optaría por ser «un poco egoísta» y llevarse a su casa el amor de todos los que coparon el edificio del Liceo. «No dejo de recibir mensajes de ánimo y apoyo de todos vosotros», aseguró Vázquez, que indicó que en cuando se enteró de que el Concello le haría entrego de este reconocimiento, no pudo evitar emocionarse. «Al decírmelo María, en el túa tú de su despacho, no me lo podía creer», declaró Dolores Vázquez, que dijo que más que nervios, sintió una «gran ilusión». 

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