Oleiros blinda seis zonas comerciales para evitar ser «ciudad dormitorio»
El Ayuntamiento permite el uso residencial en bajos de áreas urbanas pero al mismo tiempo protege otras para garantizar servicios, empleo, «cohesión social» y comercio «de proximidad»

Zona de la capital municipal delimitada para uso exclusivamente comercial en los bajos. | LOC
M. V.
El Concello de Oleiros ha decretado la protección de seis áreas comerciales del municipio. El Ejecutivo local está tramitando una normativa para permitir destinar bajos comerciales a uso residencial ante la grave falta de vivienda aunque solo en edificios plurifamiliares y en las zonas más urbanas. Pero al mismo tiempo quiere preservar determinadas zonas para uso exclusivamente comercial, es decir, que en seis áreas urbanas no se podrán convertir bajos comerciales en viviendas. El Concello blinda así áreas de seis enclaves urbanos: Mera, la capital municipal, Perillo, el entorno de la AC-12 en la zona de los concesionarios, el entorno de la N-VI desde Nós a Iñás, el centro de Santa Cruz y Arillo en Dorneda. Este decreto está en exposición pública para alegaciones.
En Mera mantendrán su actividad comercial los bajos del entorno de las plazas de Ana Kiro y O Arxentino; los dos edificios frente a playa que albergan varios bares y otros locales ; y los situados en las calles Celso Emilio Ferreiro, entre Doctor Fleming y As Antonas. Se señala que estos se hace para evitar la «pérdida de identidad» y también para mantener un «tejido económico vivo» que fomente el empleo y el turismo, evitando que Mera se convierta en «una zona dormitorio» sin poder atender la demanda vacacional.
En el caso de la capital municipal, Santa María de Oleiros, los técnicos municipales reconocen que la actividad comercial está «debilitada» pero consideran que no se debe permitir «su desaparición» porque ayuda a «mantener el ambiente y la identidad de la zona», por lo que protege el entorno de la plaza de A Rabadeira y la rúa Venezuela, el entorno de la urbanización Obelisco (donde se construyó la cooperativa de vivienda protegida) y alrededor de Quinta Canaima, frente a la Casa Consistorial y un tramo de la calle Ramón Núñez Montero (donde hay mucho comercio y hostelería).
En Perillo, el núcleo urbano tiene gran diversidad de servicios y locales, está bien comunicado, con muchas instalaciones y zonas verdes, por lo que el Concello considera que es «fundamental» el uso comercial para mantener su «vitalidad urbana». Por eso delimita como área comercial todo el entorno de la avenida Santa Cristina y Che Guevara (en parte), el entorno de Copigal y la urbanización Hábitat, o el Alto de Perillo.
Se protege además del entorno de la AC-12 o el área de Sol y Mar, donde se ubican los concesionarios de coches y supermercados, al considerar que es un «eje fundamental para la actividad económica del municipio» . En este entorno unas viviendas en planta baja supondría «una limitación para su consolidación de área comercial», y generaría «conflictos» por los usos permitidos y los ruidos y perjudicaría calidad de vida. El plan general ya establece como excepción las parcelas frente a la AC-12, para permitir el uso comercial. También protege el borde de la N-VI desde O Seixal, Nós y hasta el polígono de Iñás. En Rialta la protección abarca el entorno del parque Nicolás Redondo y rúas Peneireiro y Rapina.
En Santa Cruz, que define como una de las zonas «más emblemáticas» y con «dinamismo sociocultural», es «fundamental mantener y fortalecer su actividad comercial», con pequeños negocios que generan «empleo y cohesión social», con un «comercio de proximidad» que favorece «un modelo urbano sostenible, reduciendo la dependencia del transporte y promoviendo la interacción social». Aquí la protección abarca gran número de calles, desde la rúa do Mar hasta Garrucha, Naval, Viñas de Babilonia, María Casares, Luis Pimentel, el entorno del parque Luis Seoane, la plaza de Liáns o Concepción Arenal.
El decreto de aprobación inicial de la delimitación de estas seis zonas comerciales destaca la necesidad de que los residentes en Oleiros tengan garantizado el acceso a bienes y servicios esenciales, en un contexto de «progresiva desaparición de los locales comerciales», y si solo se permite vivienda se podría producir una «pérdida de diversidad y una disminución de la oferta de productos y servicios de proximidad», que afectaría sobre todo a «personas con movilidad reducida, mayores y colectivos vulnerables».
Otros objetivos son preservar la estructura urbana» para no generar «barrios exclusivamente residenciales sin servicios de proximidad»; y «generar empleo». Se asegura que «crear vivienda accesible económicamente» y conservar el comercio «no deben ser» excluyentes sino complementarios».
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