Graciela Rabuñal: «Llegué a Arteixo desde Uruguay por mi padre, y al final me hice escritora»

Graciela Rabuñal, hija de padres gallegos emigrados, presentará este jueves ‘Caminando poesía’, un poemario inspirado en la tierra de su familia, en la que lleva afincada diez años

Graciela Rabuñal con su nuevo libro. |  LOC

Graciela Rabuñal con su nuevo libro. | LOC

Arteixo

Graciela Rabuñal, hija de padres gallegos emigrados a Uruguay, pisó Arteixo por primera vez hace diez años con el fin de cumplir el deseo de su padre, natural de la localidad. «Siempre me decía, si algún día vas a España, tienes que ir a Arteixo». Y dicho y hecho, Graciela dejó atrás Montevideo con 68 años con la intención de conocer sus raíces, y al final se quedó. «Me sentí muy inspirada por todo lo que me rodeaba, y eso me llevó a poner por escrito todos mis pensamientos», cuenta la uruguaya de 78 años, que acaba de publicar su segundo libro en apenas tres años.

La autora llevará su primer poemario, Caminando poesía, este jueves, 10 de abril, a la Capilla de la plaza del Balneario de Arteixo a las 19.30 horas. Estará acompañada en la presentación por el cónsul de Uruguay en Galicia Ramiro Rodríguez Bausero, y los escritores Alfredo Ferreiro, Amadora da Vila y Alfonso Modroño Márquez.

La exdocente, que se autodefine como una persona «repleta de vitalidad», indica que el libro es «un legado que dejo a mi familia de esta etapa final de mi vida», porque la autora considera que la literatura «no tiene límites». Como su padre no pudo regresar a Arteixo después de emigrar, Graciela consideraba que debía cumplir su deseo. «Se lo debía, pero nunca pensé que al final me fuese a quedar», reconoce.

De Uruguay a Arteixo pasando por Venezuela, Guinea Ecuatorial y Mozambique

Licenciada en Bibliotecología y Documentación, y Técnica Superior en Administración, la uruguaya desarrolló diferentes actividades profesionales relacionadas con su ámbito en Venezuela, en Guinea Ecuatorial y Mozambique hasta que regresó a Uruguay en 2004, donde culminó su trayectoria como coordinadora institucional y docente en la Unidad de Capacitación del Hospital Universitario de Clínicas de la Universidad de la República Oriental del Uruguay hasta su jubilación. «Me quedaba por conocer el país de mis padres, así que no lo dudé ni un momento», afirma la docente.

«La naturaleza, el paisaje y la gente de aquí me ha ilustrado, porque desde el primer momento me sentí como en casa, así que quería devolver un poco de todo eso con este libro», sostiene la autora de Caminando poesía, que incluye además unos relatos cortos al final de la obra en los que narra su experiencia en la localidad de Arteixo desde su llegada. «Intento reflejar todo el color que desprende este lugar», dice Graciela Rabuñal, que escribió el poemario en base a sus lugares favoritos. «Llevo paseando y recogiendo datos para este libro desde 2018, y espero seguir visitando muchos más lugares, porque este es un territorio muy rico», afirma.

La autora admite que se atrevió a dar el paso, en parte, gracias al escritor coruñés Alfredo Ferreiro, al que dedica el prólogo de su segunda obra. «Él me animó e inspiró mucho, así que le estoy muy agradecida», asegura Graciela, que dice que ella misma se sorprende del hecho de que «llegase a Arteixo desde Uruguay por mi padre, y al final terminase convirtiéndome en escritora».

Todo empezó con Una mujer desmesurada, su primera novela, en la que recoge parte de sus propias vivencias a través de la historia de Carolina Méndez, un personaje singular que le ha permitido crear ficción acompañada de paisajes, culturas, realidades políticas y sociales diferentes que guardan una relación muy estrecha con la experiencia más íntima de la vida de su autora. «Ahora estoy aprendiendo gallego, y no descarto hacer un tercer libro en gallego. Sería la mejor forma de cerrar este círculo entre la literatura y mis raíces», dice.

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