Morás, a un paso de albergar la cárcel

La prisión de Teixeiro, inaugurada en 1998, se proyectaba anteriormente en Arteixo, hasta que el Estado desechó la idea en 1992 por «no tratarse de fincas aptas para su plan», como recuerda el exalcalde Frutos Martínez Saavedra, que dice que el fin era dar cabida al excedente de presos en A Coruña

Vista de la zona donde se proyectaba la cárcel, detrás de los eucaliptos. |  Casteleiro / Roller Agencia

Vista de la zona donde se proyectaba la cárcel, detrás de los eucaliptos. | Casteleiro / Roller Agencia

Arteixo

La parroquia de Morás, en Arteixo, estuvo a un solo paso de albergar la que hoy conocemos como la cárcel de Teixeiro. La idea partió del Concello de A Coruña a comienzos de los años 90, que buscaba sustituir a la que se ubicaba al lado de la Torre de Hércules por el excedente de prisioneros.

La de Arteixo se proyectaba en unos terrenos colindantes entre el municipio y A Coruña, justo detrás de la cantera de O Moucho, en la que el entonces Ministerio de Justicia proyectaba gastar 90,5 millones de pesetas para redactar el proyecto.

Pero todo se quedó en el papel. Y es que, tal y como recuerda el exalcalde de Arteixo, Frutos Martínez Saavedra, que gobernó en la localidad entre 1987 y 1995, el Gobierno central compró los terrenos en Santa Icía por unos 175 millones de pesetas, en una superficie de 110.000 metros cuadrados, pero el Ministerio de Justicia tuvo que dar un paso atrás al «dar la zona como no apta por sus difíciles condiciones para urbanizar».

La prisión de Teixeiro, construida en 1998, es una cárcel tipo, que debe cumplir muchos condicionantes con respecto a la capacidad y los módulos, entre otras características, por lo que las parcelas no se adaptaban al proyecto que tenían en mente.

El Estado llegó a plantearse construir otra prisión en unos terrenos que el Ministerio de Defensa tenía en el monte de San Pedro, pero la idea se descartó finalmente. Justicia optó entonces por comprar los terrenos de Arteixo, en unas parcelas que a día de hoy están cubiertas por decenas de eucaliptos. El plan generó múltiples discusiones en la corporación municipal de Arteixo, como señala Frutos Martínez Saavedra, que dice que generó «disputas» entre los grupos. «Nosotros pensábamos que las condiciones no se adaptaban para nada», afirma el exmandatario socialista.

El presupuesto de las obras de construcción del centro penitenciario superaría los tres mil millones de pesetas, y el plazo de ejecución sería de dos años, por lo que debía estar listo en 1992. En un comienzo, el emplazamiento se consideraba el más adecuado por estar alejado de núcleos de población y por tener una «orografía adecuada» por situarse en lo alto de una colina. Y se proyectaba dar cabida a cerca de mil presos en ella.

Pero, tras desecharse la idea definitivamente en 1992, no fue hasta el 2 junio de 1998 cuando el entonces ministro de Interior, Jaime Mayor Oreja, presidió la apertura del nuevo centro acompañado, entre otros, del entonces alcalde de Curtis, Luis Novo.

El fin era trasladar a la ciudadanía que el objetivo último de esta cárcel era conseguir la reintegración de los reos, mientras que estaba previsto que en A Coruña quedase un centro de inserción social de manera temporal. Unas labores que se desarrollaron hasta 2009. Durante el año 2010, el área de Cultura consiguió el permiso de Instituciones Penitenciarias para realizar actividades dentro del edificio y el penal albergó la exposición de Isabel Coixet en homenaje a John Berger, el festival de cine en Super 8 y las actividades del día mundial de la arquitectura de 2011.

Pero después de setenta años en activo, la cárcel cerró definitivamente sus puertas en 1998. Los aproximadamente 140 trabajadores que tenía la prisión de la Torre pasarían a ser ahora más de 500 en Curtis. Mientras tanto, las fincas de Arteixo se pusieron a la venta en una zona prevista para ampliar el polígono industrial de Morás que contaban con el cartel del SIEP (Sociedad de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios).

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