El juicio contra el alcalde de Oleiros por Casa Carnicero arranca este martes 20 en la Audiencia

Fiscalía solicita 15 meses de prisión y 12 años de inhabilitación para el regidor y el arquitecto técnico por el derribo de la vivienda catalogada en Fin de Año de 2020

Arranca el juicio contra el alcalde de Oleiros por la Casa Carnicero

Iago López

Cuatro años y medio después del derribo de la vivienda catalogada al pie de A Pasaxe, Casa Carnicero, la Audiencia Provincial inicia este martes 20 de mayo el juicio por posible delito contra el patrimonio histórico contra el alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane, para el que la Fiscalía solicita una pena de un año y tres meses de prisión, con inhabilitación especial para ejercer su cargo durante doce años, además de una multa de 27.000 euros.

El regidor siempre ha recalcado que él no ordenó demoler esta construcción, sino "unas ruinas", las que quedaron tras el grave incendio sucedido meses antes, y ante la obligación como máximo responsable público del Concello, de velar por la seguridad de los peatones y conductores que circulaban por la acera y la calzada de la AC-12, ante el peligro de caída de cascotes, sobre todo tras unos días de lluvias y viento.

La misma pena se pide para el arquitecto técnico municipal del Concello. En concepto de responsabilidad civil directa, el fiscal demanda que tanto el regidor como el arquitecto indemnicen al Ayuntamiento, de forma solidaria, sufragando el coste de la reconstrucción del inmueble, teniendo en cuenta en la valoración la pérdida del valor histórico y artístico. A esta indemnización se suma otra más que deberían pagar por los costes que en su día tuvo el Concello de Oleiros al contratar el derribo de Casa Carnicero, que ascendieron a casi 9.000 euros. Se reclama además que abonen los interese legales y las costas procesales.

Está previsto que este juicio se desarrolle entre el martes 20 y el miércoles 21 de mayo en la sección segunda de la Audiencia. Ángel García Seoane es uno de los alcaldes que más denuncias ha tenido y que más veces ha tenido que acudir a los tribunales.

La Fiscalía señala en su escrito de acusación que el 31 de diciembre (por error figura el día 30) de 2020, García Seoane, "consciente de que era precisa una autorización de la Dirección Xeral de Patrimonio de la que no disponía y con el fin de dar apariencia de legalidad a su actuación", dictó un decreto del que informó a la Xunta a las 14.40 horas, "fuera de las horas de atención al público, víspera de un día inhábil administrativamente y de un puente festivo, de modo que la Dirección Xeral de Patrimonio no tuvo conocimiento real de dicho decreto, tal como preveía el acusado", y por lo que el Gobierno gallego "no pudo reaccionar requiriendo al Concello para que revocara su resolución de demoler Casa Carnicero.

El fiscal por lo tanto considera que Seoane, a sabiendas de que no podía hacerlo, resolvió iniciar el expediente de demolición, declarar la emergencia, encargar el derribo a Construcciones López Cao, notificar a la Xunta para que se pronunciase en el plazo de 24 horas, nombrar responsable de la obra de demolición al arquitecto técnico y notificar al departamento de obras para el inicio de los trabajos. Afirma que darle 24 horas casi a las tres de la tarde a la Xunta para reaccionar era "papel mojado".

Respecto al otro acusado, el arquitecto técnico, Fiscalía considera que era "consciente de que procedía a ejecutar una resolución irregular" y por eso inició un informe a las 10.46 horas de ese día en el que constataba la caída de cascotes sobre la acera y la carretera de la AC-12 en el puente de A Pasaxe, y al llegar a las 13.00 horas, transcurrido el "artificial plazo de 24 horas que había fijado el alcalde" y como sabía que no iba a llegar ninguna contestación de la Xunta, "dio el visto bueno y comenzó a dirigir los trabajos que conducirían a la demolición de este bien" protegido. Tampoco "nada opuso" a que la empresa iniciarse el derrumbe con un camión grúa con cuchara bivalva y una pala retroexcavadora, hasta convertir la construcción en un "montón de escombros acumulados sin posibilidad alguna de rehabilitación".

Casa Carnicero, antes del incendio y derribo en 2020

Casa Carnicero, antes del incendio y derribo en 2020 / LOC

En el escrito del fiscal se asegura que el Servicio de Patrimonio Cultural de la Xunta considera que "al no haber sido desmontado sino derrumbado el edificio se causó un daño irreversible, haciendo irrecuperable el edificio con los valores que tenía".

La Casa Carnicero figura en el Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) de Oleiros con grado de protección no integral. Era un edificio privado pero sus dueños en 2019 manifestaron la intención de cederla al Concello e iniciaron contactos. En marzo de 2020 Urbanismo del Concello realizó un informe jurídico en el que se indicaba que para aceptar la donación los titulares debían aceptar la herencia, pero existían discrepancias entre los herederos y se demoró dicha cesión.

Finalmente el 2 de diciembre de 2020 el alcalde dictó un decreto por el que se aceptó la donación. Pero fue después de que en julio de ese mismo año se produjese un "virulento incendio" que destruyó gran parte de la estructura de la vivienda. El arquitecto municipal, tras visitar el inmueble al día siguiente, constató en un primer informe las actuaciones de seguridad necesarias, vallar, colocar una red y apuntalar la fachada. Días después hizo otro informe para iniciar la declaración de ruina económica y técnica y recordó que antes de cualquier medida había que obtener el permiso previo de la Xunta. Recomendaba demoler el inmueble pero tras la autorización.

La Consellería de Cultura, tras recibir una resolución del Concello, advirtió que la declaración de ruina de un bien catalogado "no implicaba su demolición sino la necesidad de rehabilitar el edificio" y el proyecto de rehabilitación incluiría las "demoliciones parciales" que debían ser las "estrictamente necesarias". Fiscal afirma que el Concello no hizo nada en favor de mantener el edificio y cuando los propietarios, tras el incendio, pidieron más plazo para tomar esas medias como apuntalar, "el Ayuntamiento nada hizo ni contestó" porque ya se había tomado la decisión de demoler.

Casa Carnicero era un edificio modernista de 1910 de Rafael González Villar.

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