Las abejas huyen de Mera
La presencia de nidos de velutinas en Oleiros obliga a un apicultor a trasladar sus colmenas al interior de la provincia, a Toques y Melide, para evitar que las avispas se coman a las obreras. Durante el 2024 los servicios de emergencias retiraron casi 500 nidos en el municipio coruñés

Iván Guijarro, apicultor de Mel de Covo, trabajando en sus colmenas / LOC
La expansión de nidos de velutinas en Oleiros ha provocado que uno de sus apicultores traslade las colmenas que tenían allí desde hace más de una década hacia el interior de la provincia. «Es horrible, llegué a tener 20 ou 30 velutinas por colmena. Se comen a todas las abejas», explica Iván Guijarro.
El apicultor de la marca la Mel de Covo, explica que las colmenas fueron una iniciativa de su padre que comenzó cual él tenía apenas 13 años, en el 1992. En un principio contaba con algunas en Oza dos Ríos, Melide o Palas de Rei, y acabó acumulando hasta 80 de ellas. Ahora comercializan varios de los productos de estas colmenas, entre ellos, varios tipos de miel, polen, cera o jalea real.
Las colmenas de Mera están situadas en una finca familia y allí las abejas crean la miel a partir sobre todo de los eucaliptos que hay en la zona.
Sin embargo, desde hace años las obreras se ven afectadas por un singular depredador: la avispa velutina. Oleiros es uno de los lugares más afectados de la zona. Durante el 2024, los servicios de emergencias retiraron hasta 498 nidos de esta especie.
«Yo diría que estamos combatiendo a las especie desde hace unos ocho años pero hace pocos empezó a afectar de una forma diferente. Se convirtieron en una plaga y te tienes que pelear con ellas todo el tiempo», dice el apicultor, que afirma que «esta zona es horrible» en cuanto a la propagación de estos insectos y señala que en muchas ocasiones ha llegado a cazar «entre cinco e seis avispas por trampa».
Ante la imposibilidad de evitar que las velutinas le devorasen las abejas, Guijarro decidió mover las colmenas al interior de la provincia, donde hace más frío y esta especie no supone un problema severo. «Trasladé las colmenas a Toques, a Melide... normalmente las dejo allí ya durante el invierno y las subo a Mera durante el verano», dice el apicultor.
Iván Guijarro explica que la floración llega antes en la costa que en interior y que tradicionalmente es en esta época cuando «aprovecho para dividir las colmenas, hago los núcleos», dice el apicultor. Ahora eso es más complicado por la presencia de velutinas por lo que la producción se acaba retrasando unos meses. «Solo puedo tener paciencia», concluye el de Mel de Covo.
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