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María Guerra, creadora de La Princesa y el Cocón: "A los niños les sigue gustando tocar algo amoroso"

La artesana diseña desde Oleiros juguetes artesanos para los más pequeños, con diseños inspirados en cuentos y un impacto ambiental «cero»

María Guerra, creadora de La Princesa y el Cocón. |  Iago López

María Guerra, creadora de La Princesa y el Cocón. | Iago López

Oleiros

Desde su casa en Oleiros, María Guerra crea prendas y juguetes únicos para los más pequeños. La artesana explica que la creación de estos juguetes le llegó como algo natural. «Mi madre era modista, entonces nosotros en casa siempre vivimos entre hilos, telas y patrones», explica Guerra. Aunque de pequeña ayudaba a su madre no fue hasta su adultez, cuando comenzó a crear sus primeras prendas para sus hijos.

El nombre de la marca La Princesa y el Cocón fue inspirado por sus hijos, por quien creó su primera muñeca. «Mi hija era muy princesita, pero no le gustaban las típicas muñecas, así que le hice una para ella», dice la oleirense.

Entre los encargos que ha ido haciendo en los últimos cinco años, uno de los más especiales fue Manzanita, confiesa, una muñeca que hizo para una autora que publicó un libro infantil. «Se le hizo la muñeca para el cuento y cuando hizo la presentación del libro se la llevó para presentarla también», recuerda Guerra. Pero la artesana también ha creado juguetes vestidos con el traje tradicional gallego o de la artista Frida Khalo.

Para Guerra, que también es decoradora de interiores, el mundo infantil siempre le ha gustado. «Es muy divertido, hay mucho color, no tiene nada que ver con el mundo de adultos, puedes hacer lo que tú quieras», dice y añade que con estos proyectos puede jugar más con las telas y los diseños.

Las muñecas están hechas con la mentalidad de «impacto cero». Guerra comenzó utilizando las telas que le sobraban en el taller de su madre y ahora compra según le llegan los encargos.

Para ella es importante que los clientes sepan que están comprando algo único. «Al ser algo artesano, aunque yo quisiera no puedo hacer dos iguales», explica.

«En este mundo tan avanzado en el que estamos, crees que estas cosas a los niños no les van a gustar y resulta que sí que les sigue gustando tocar algo amoroso y que sepan además que estás regalándoselo para ellos», indica.

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