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El nuevo arte de Oleiros: Palestina y naturaleza

Pablo Loyola, Xoana Almar y David García han sido los tres artistas que han dejado su huella en la nueva edición del Urban Fest en Oleiros, con murales en la avenida Che Guevara, os Regos y la calle Yasser Arafat

El mural ‘El tronco de un olivo’, diseñado por Xoana Almar en la calle Yasser Arafat en Oleiros. |  LOC

El mural ‘El tronco de un olivo’, diseñado por Xoana Almar en la calle Yasser Arafat en Oleiros. | LOC

Oleiros

La tercera edición del Urban Fest en Oleiros ha dejado nuevos puntos imprescindibles para el arte urbano de la localidad. El resultado es una mezcla de algunos de los grandes temas de nuestro tiempo y que más mueven a los oleirenses. Palestina, la naturaleza o los incendios de este verano son los protagonistas de los proyectos. Pablo Loyola, Xoama Almar y David García han sido los muralistas encargados de dar una nueva vida a las paredes de la avenida Che Guevara, la calle Yasser Arafat y en el edificio anexo al Centro Municipal de Formación Isaac Díaz Pardo en Os Regos.

En el caso de Pablo Loyola, autor del mural en Os Regos, la propuesta tiene una doble inspiración. «Viene de dos sitios. La primer inspiración fue un corto de Disney que se llama El pájaro de fuego, que usa un volcán y una especie de espíritu del bosque que hace revivir la naturaleza. Y la segunda viene por los incendios que se produjeron este verano en Ourense», explica el artistas que señala que el resultado final es «el resurgir de la naturaleza después de la destrucción en este caso».

En el mural se puede ver cómo ese espíritu del bosque llora por los esa destrucción y cómo las lágrimas acaban convirtiéndose en una cascada y un río.

El diseño de Pablo Loyola cerca del Centro Municipal de Formación en Os Regos. |  LOC

El diseño de Pablo Loyola cerca del Centro Municipal de Formación en Os Regos. / LOC

Loyola lleva más de 17 años en el mundo del muralista, aunque es, de formación ingeniero agrónomo. Para él este tipo de acciones promovidas a través de los ayuntamiento es una «escaparate muy bueno». «Es una forma muy chula y barata de revitalizar espacios urbanos que están degradados», afirma el artista.

Además de revitalizar los espacios degradados estas piezas urbanas también dan qué hablar entre los vecinos. Este año, una de las piezas más políticas es la de Xoana Almar, asistida en su ejecución por Miguel Peralta, que realizó buena parte de la pintura y es uno de los miembros de la cooperativa muralista Cestola na Cachola. «Tanto Miguel como yo llevamos bastante tiempo trabajando con imágenes o sobre Palestina. Como primera herramienta de inspiración empezamos a buscar poemas escritos por personas palestinas».

De ahí nació En el tronco de un olivo, inspirado en el poema del mismo nombre de Tawfiq Zayyar. En él, el autor reflexiona sobre dejar constancias de las injusticias que han vivido para dejarlo grabado en la memoria y que no se olvide. El mural utiliza los colores de la bandera palestina, negro, blanco, verde y rojo, para expresar esta idea. La obra también cuenta con referencias de Isaac Díaz Pardo y su Xentes que conteñen a ira, donde se muestran rostros llenos de rabia e impotencia.

«Lo que está pasando no podemos olvidarlo, no podemos mirar para otro lado, corremos el riesgo a deshumanizarnos si no estamos movilizados ante esto», afirma Almar, que también dice que para su cooperativa el muralismo funciona como una herramienta para «transmitir ideas» y «llegar a la gente». «Con la pintura, con la emoción que transmite queremos intentar trabajar con temas de actualidad política», dice Almar.

Oleiros terminó el festival con el mural de David García, alias Little Pru, en la avenida de Che Guevara. CICLO es un homenaje a la naturaleza, al flujo constante de la vida y cómo ésta cambia con el paso del tiempo, un tema que «fascina» al autor.

Little Pru haciendo el mural en la avenida Che Guevara

Little Pru haciendo el mural en la avenida Che Guevara / LOC

«Es una metáfora sobre la conservación de la materia», explica García, que apunta que los cuernos que salen del ciervo y se van transformando según las estaciones, con hojas marchitándose para volver a renacer después. «La propuesta era para un mural mucho más pequeño, este es siete veces más grande», dice García que añade que le apetecía hacer algo con esta temática para Oleiros, un pueblo donde «gustan mucho los animales».

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