¿Buscar agua en la Luna o aprovechar bien la que ya tenemos? :: Prensa Ibérica para Aqualia

¿Buscar agua en la Luna o aprovechar bien la que ya tenemos?

En un contexto de emergencia climática, proteger los recursos hídricos de la Tierra es fundamental para evitar la escasez. Un documental estrenado por Netflix busca impulsar un cambio positivo en la cultura del agua a nivel mundial presentando distintos proyectos innovadores que promueven un modelo circular, como el uso de microalgas para generar energía por parte de Aqualia

Xavi Datzira


La NASA ha confirmado recientemente la existencia de pequeñas moléculas de agua en la Luna mediante el uso de un observatorio aerotransportado en un Boeing 747. Se trata tan solo de un pequeño indicio, pero que abre las puertas a algo que sería un hallazgo mayúsculo: la existencia de vida en el satélite. En todo caso, preocuparse por el agua existente a 384.400 kilómetros puede tener cierto sentido científico, pero al menos es igual de importante concienciarse sobre la necesidad de conservar nuestros propios recursos hídricos aquí, en la Tierra.

La adecuada gestión del agua y el saneamiento a nivel mundial supone un reto para el desarrollo económico y social de la humanidad, de la misma forma que constituye un pilar básico para el cuidado medioambiental de nuestro hogar en el universo. Más aún, el que alcancemos la sostenibilidad hídrica mundial va a ser clave para nuestra propia supervivencia como especie. Y los datos existentes indican que ha llegado la hora de actuar para hacer frente a lo que algunos expertos califican ya como la tormenta perfecta: una emergencia climática que generará cada vez más sequías y un incremento significativo de la población mundial, que aumentará tanto la necesidad de recursos hídricos como de contaminación. Y todo ello con una pérdida progresiva de biodiversidad y espacios naturales.

El agua, un bien que será cada vez más preciado.

Hacia un 100% de circularidad

Frente a la emergencia climática, la escasez hídrica y las desigualdades en el acceso al agua, debemos responder desde una apuesta por la circularidad. La calidad del agua, el suministro continuo, la seguridad y la salud son temas especialmente relevantes y avanzar hacia el acceso universal y equitativo al agua requiere una gestión ética basada en valores humanos. En palabras de líderes mundiales como Félix Parra, CEO de Aqualia, “lograr un 100% de circularidad en el agua es un objetivo imprescindible en el contexto actual de escasez hídrica”. Y es que, solo de esta manera, afrontando el problema desde una perspectiva holística y sistémica, seremos capaces de hacer frente al reto.

De hecho, se podría decir que la Luna puede esperar… pero la Tierra, no. Aplicar los conceptos de la economía circular –acabar con el desperdicio de agua a partir del reaprovechamiento– es básico para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas, que en su punto 6 hace referencia al Agua y el Saneamiento. Según sus datos, la escasez de agua afecta a más del 40% de la población mundial y este porcentaje podría aumentar. Asimismo, aproximadamente 1.800 millones de personas en todo el mundo utilizan una fuente de agua potable que está contaminada por restos fecales, mientras que unos 2.400 millones de personas carecen de acceso a servicios básicos de saneamiento, como retretes y letrinas.

Territorio afectado por la sequía.

Las claves para conseguir la circularidad en el ciclo del agua pasan por la reutilización del agua, la autosuficiencia energética y la valorización de residuos. Un buen ejemplo es la transformación de antiguas estaciones depuradoras de aguas residuales en biofactorías. Es decir, en centros de recuperación y generación de recursos mediante la reutilización del agua, la producción de energía renovable suficiente para el autoconsumo de las instalaciones y la valorización de los residuos (biogás, fertilizantes, etcétera…).

Concienciación social

Pasos adelante que demuestran que hay mucho por hacer, pero que existe la tecnología necesaria para conseguirlo. Para concienciar de la imperiosa necesidad de cuidar de líquido elemento en nuestro planeta, un documental disponible en Netflix pretende impulsar un cambio positivo en la cultura del agua y el saneamiento a nivel mundial. Se trata de ‘Brave Blue World’, narrado por Liam Neeson y protagonizado, entre otros, por los actores y activistas Matt Damon y Jaden Smith. La audiencia potencial de la cinta es 193 millones de suscriptores en todo el mundo, y se ha presentado en 29 idiomas.

Grabado en los cinco continentes, Brave Blue World dibuja un escenario optimista sobre la humanidad y la forma en la que está adoptando nuevas tecnologías e innovaciones para repensar la gestión el agua. Los productores del documental han realizado un asombroso viaje para reunirse con pioneros e innovadores que abordan los desafíos mundiales en materia de agua y saneamiento.

“Es una gran película. Todos necesitamos verla,” dice Liam Neeson. “Todas las escuelas y universidades deberían ver el documental. Todos los niños han oído hablar del cambio climático; la película conecta profundamente con esto. Hace que el agua sea algo local, lo cual muchos de nosotros damos por sentado”, añade. Brave Blue World ha sido producida por la Brave Blue World Foundation, en colaboración con sus socios de producción, como Aqualia, DuPont Water Solutions, o L’Oreal, entre otros.

El proyecto All-gas de Aqualia

El proyecto All-gas, liderado por Aqualia, es una de las 12 propuestas innovadoras incluidas en esta cinta. All-gas gira en torno al aprovechamiento de nutrientes contenidos en las aguas residuales para el cultivo de microalgas. Estas microalgas se transforman, por medio de la luz solar y a través de la fotosíntesis, en biocombustibles y otros productos de elevado valor añadido al tiempo que se facilita la depuración de aguas residuales. De esta manera se produce biogás, una fuente de energía limpia que sirve de combustible para los vehículos y se eleva a la máxima potencia el concepto de economía circular al transformar residuos en recursos.

Vehículos impulsados por el biocombustibles All-gas de Aqualia.

Actualmente, el proyecto All-gas es capaz de mover hasta 20 coches con el biocombustible obtenido en una hectárea de terreno y tratando a su vez las aguas residuales de 5.000 habitantes. El proyecto ahorra de esta forma la emisión de más de 180 toneladas de CO2 al año en el tratamiento de aguas residuales y aproximadamente otras 100 toneladas por la generación de biocombustibles renovables.

Por ejemplo, comparado a los biocombustibles clásicos, como el bioetanol de azúcar o el biodiesel de aceite de palma, el proyecto produce cuatro veces más energía por hectárea ahorrando al mismo tiempo la energía necesaria para generar agua regenerada.

En la luna sería difícil implementar este proyecto, ya que se requiere, además de agua y luz solar, oxígeno. Pero, de momento, en la Tierra, de esto tenemos de sobra. La tecnología All-gas, un ejemplo paradigmático y perfecto de circularidad, está llamada así a ser el futuro de la depuración en pequeñas y medianas poblaciones. Puede convertir, por ejemplo, a muchas ciudades en autosuficientes para abastecer a su flota de autobuses, coches de policía, ambulancias, camiones de basura u otros vehículos de servicios municipales.

Otros proyectos

Es de esta manera como Aqualia quiere avanzar hacia la circularidad del agua y hacer frente a los retos que genera la emergencia climática. En este sentido y entre otros logros, Aqualia ha acelerado sus esfuerzos para transformar las EDAR en biofactorías; ha reducido un 13,8% las emisiones de CO2; ha desarrollado soluciones digitales como Aqualia Live, que facilitan la gestión eficiente del agua; ha colaborado con los Ayuntamientos en el despliegue de bonos, tarifas sociales y fondos de solidaridad en un 58% de los mismos; y ha generado un valor económico de 1.262,47 millones de euros.

Precisamente en su Informe de Sostenibilidad 2019, y tras un profundo proceso de escucha activa a 18.000 personas, Aqualia recoge y da respuesta a las principales preocupaciones y expectativas de sus grupos de interés: la emergencia climática, la escasez hídrica y las desigualdades en el acceso al agua. Temas que a todo el mundo debería preocupar. Nos va el planeta.

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