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¿Por qué Philip Morris quiere un futuro libre de humo?

La sociedad está cada vez más cerca de alcanzar algo que hace años parecía imposible: un futuro libre de humo. Y este es el proyecto en el que está inmerso Philip Morris, una empresa tabaquera en plena transformación tecnológica que ha conseguido desarrollar dispositivos que, avalados por la ciencia, eliminan el humo y reducen el daño, aunque no son inocuos.



¿Por qué Philip Morris quiere un futuro libre de humo?

La innovación y la ciencia son la fórmula para conseguir ese futuro sin humo. Ahora es necesario ofrecer una alternativa a aquellos fumadores adultos que de otra manera van a seguir fumando, y que tenga el potencial de reducir el daño que conlleva el hábito de fumar.

La realidad nos ha demostrado que las actuales políticas de cesación y prevención no son suficientes para mitigar el problema del tabaquismo, otra vía complementaria es necesaria: las estrategias de reducción del daño.

Un futuro sin humo y sin cigarrillos

La Organización Mundial de la Salud estima que aproximadamente 1.100 millones de personas fuman en la actualidad, y prevé que esta cifra no va a disminuir en los próximos años. Sin lugar a dudas, la mejor opción para todas estas personas sería abandonar por completo tanto el tabaco como aquellos productos que contengan nicotina.

Sin embargo, para aquellos fumadores adultos que van a mantener el hábito, debemos poner a su disposición toda la información existente acerca de la ciencia que avala las alternativas libres de humo, para que puedan tomar decisiones informadas.

Lograr la sustitución progresiva de los cigarrillos por alternativas sin humo conlleva una apuesta decidida por la innovación tecnológica con una fuerte base científica, a través de estudios e investigaciones.

¿Cómo una empresa tabaquera trabaja para eliminar el humo?

Aunque pueda parecer paradójico, una compañía como Philip Morris, conocida por ser una de las mayores y más antiguas tabaqueras del mundo, también es una de las pioneras en desarrollar alternativas del siglo XXI a los cigarrillos, dispositivos que eliminan la combustión y, por tanto, el humo, que es la principal causa de las enfermedades relacionadas con el hábito de fumar.

Hace más de 10 años, la compañía comenzó un proceso de transformación sin precedentes en el sector y que sigue liderando actualmente. Hasta la fecha, ha invertido más de 9.000 millones de dólares para hacer posible esta realidad y cuenta con casi 1.000 científicos de distintas disciplinas, como biomedicina, farmacología o toxicología.

La tabaquera se sitúa en el puesto 45 entre las empresas con mayor número de solicitudes de patentes de la Unión Europea y suma más de 4.600 patentes concedidas sobre productos sin humo.

El futuro de las alternativas libres de humo

Desde Philip Morris aseguran que su principal objetivo es revertir el impacto que sus productos tienen en la salud, a través del desarrollo y de la innovación tecnológica, procurando ofrecer mejores alternativas para los fumadores adultos que de otra forma continuarían fumando cigarrillos. Como consecuencia, si una proporción significativa de éstos cambian a productos potencialmente menos nocivos, se generará un impacto positivo en la salud de la población general. Es más, entre sus propósitos está dejar de vender cigarrillos en unos 15 años en varios países. Pero, por supuesto, no es un objetivo que pueda conseguir Philip Morris de manera individual; es necesaria la colaboración del resto de partes interesadas, como las autoridades públicas y las comunidades médica y científica.



¿Por qué Philip Morris quiere un futuro libre de humo?

Otros objetivos que la compañía se ha marcado para los próximos años son1:

  • Que más de 40 millones de fumadores adultos a nivel global hayan cambiado a sus dispositivos sin humo y hayan dejado de fumar cigarrillos para 2025.
  • Conseguir que más del 50% de los ingresos netos totales de la compañía procedan de las alternativas libres de humo para 2025.
  • Que el 100% de sus dispositivos electrónicos libres de humo estén equipados con tecnología de verificación de la edad. Un compromiso sobre el que trabaja seriamente para evitar el uso de productos de tabaco y nicotina entre menores.

La cooperación es necesaria para lograr objetivos

Si los países consiguen coordinar sus esfuerzos para desarrollar unos marcos regulatorios apropiados alrededor de los dispositivos libres de combustión, y la comunidad científica evalúa objetivamente las evidencias científicas existentes y contribuye generando sus propios estudios, el cigarrillo podría llegar a ser un objeto del siglo XX, a partir de la próxima década.

Este cambio de enfoque ya se ha producido en países como Estados Unidos donde la Agencia Americana del Medicamento, la FDA, reconocía en 2017 el papel que las alternativas sin humo pueden tener en la mejora de la salud pública y, en el año 2020, completaba el proceso de aplicación de “Producto de Tabaco de Riesgo Reducido Modificado” del sistema de calentamiento de tabaco de Philip Morris, lo que supuso un hito muy importante para la evolución del sector hacia un mundo sin humo.

En definitiva, existe la posibilidad de ayudar a combatir el impacto que genera el tabaquismo en la salud pública si conseguimos complementar las estrategias existentes de prevención y cesación con un enfoque de reducción del daño, que favorezca que los fumadores adultos que de otra forma continuarían fumando cigarrillos cambien a mejores alternativas, revirtiéndolo en un impacto positivo en la salud pública.

1Integrated Report, 2021, pp.18.