Proteger los océanos no solo es vital para mantener este equilibrio, sino también para asegurar un futuro sostenible para todas las formas de vida, incluida la humana. Por ejemplo, ¿sabías que los cachalotes impactan directamente en la minimización del cambio climático?
Txema Brotons, director científico de la Asociación Tursiops, nos revela que “se calcula que los cachalotes hoy en día y a nivel mundial consumen la misma biomasa que toda la actividad extractiva humana en el mar y son inversores del ciclo de la materia en el mar”. Es decir, los cachalotes comen en profundidad y defecan en superficie, es decir, invierten el ciclo de la materia, además por la dieta que tienen excretan mucho hierro, un nutriente importante para el crecimiento del fitoplancton (la parte verde del plancton). “El Amazonas tiene una importancia brutal, la posidonia también, pero lo que más CO2 captura en el mundo son los océanos a través del fitoplancton. Por lo que los cachalotes afectan directamente a la captura de CO2”, nos explica Brotons.
Estudio de los cetáceos - Foto: Tursiops.
El cuidado de la biodiversidad marina y sus ecosistemas ya no solo beneficia a otros seres vivos, que debería ser razón suficiente para que velásemos por ellos, sino que, protegiendo los océanos nos estamos protegiendo a nosotros mismos. Por eso es importante señalar que, las causas más comunes de mortalidad no natural de los cachalotes son las colisiones con barcos, seguida de las ingestas por plástico y la contaminación. En todas ellas la acción del hombre tiene un papel importante. En este sentido desde Tursiops, una entidad de investigación marina que tiene como misión el estudio de los cetáceos y sus amenazas en Baleares, “tenemos el objetivo de hacer llegar las propuestas de conservación o de gestión adecuadas a los actores que tienen que ver con esa conservación”. Pero más allá de los organismos, existe un problema de educación y de desconocimiento en la población general. Por ejemplo, ¿sabías que cuando hay un delfín en el mar se crea automáticamente un área marina protegida? Txema Brotons nos explica que “es el espacio móvil de protección de los cetáceos, pero esa ley, la gente la desconoce completamente”. Incluso, por el contrario, si alguien avista un delfín, intenta acercarse lo máximo posible, lo cual está totalmente prohibido.
“Se calcula que los cachalotes hoy en día y a nivel mundial consumen la misma biomasa que toda la actividad extractiva humana en el mar y son inversores del ciclo de la materia en el mar”
Txema Brotons, director científico de la Asociación Tursiops.
Se habla mucho de la contaminación por plásticos o por vertido de diferentes residuos a los océanos, pero ¿cómo afecta la contaminación acústica a la biodiversidad marina? Desde la revolución industrial los ruidos han aumentado en los océanos provocando desajustes a todas las especies que habitan allí.
Por ejemplo, los cetáceos son animales acústicos a los que el ruido afecta a su capacidad para detectar presas o comunicarse. Pero esto también impacta en la rotura del hielo marino ártico. Las actividades humanas en alta mar, como la pesca, el transporte marítimo y las infraestructuras, están provocando que los océanos sean mucho más ruidosos que nunca. Pero Txema Brotons nos lanza un mensaje optimista: “La contaminación acústica es la más sencilla de las contaminaciones, porque una vez que dejas de hacer ruido, el ruido desaparece”. Y es que, con la contaminación acústica si se toman medidas, tendrán efecto inmediato, pero sigue habiendo demasiadas cosas que hacen ruido. “Las olas hacen ruido, las tormentas hacen ruido, la lluvia hace ruido. Pero esos son ruidos naturales. El problema es la cantidad de barcos que provocan un ruido continuo que eleva su intensidad y dificulta la capacidad de comunicación”.
Grupo de delfines - Foto: Tursiops.
Pero como apunta Txema Brotons, “yo siempre recomiendo no trasladar la prisa al mar”. Con ello quiere decir, que existen formas más ecológicas de moverse que no contaminan nada y no hacen ruido: la vela. El problema es que vivimos en el mundo de “la prisa” y queremos aprovechar el tiempo al máximo y obviamente, los trayectos en vela son más lentos que en barco o lanchas. “Tenemos que empezar a entender que el mar no lo puede soportar todo, ni podemos hacer cualquier cosa en él, que todo tiene unos límites. Todos somos parte de la solución y hasta que todos no entendamos que todos somos parte de la solución, no lo vamos a conseguir”, indica el director científico. Fruto de este pensamiento, Tursiops es una de las entidades ecologistas que se ha sumado al pacto “30x30” que busca proteger el 30 % de la biodiversidad del planeta antes del 2030.
“La contaminación acústica es la más sencilla de las contaminaciones, porque una vez que dejas de hacer ruido, el ruido desaparece”
Txema Brotons, director científico de la Asociación Tursiops.
El acuerdo “30x30” se firmó en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica (COP15) que tuvo lugar en Montreal (Canadá) el 19 de diciembre de 2022.
Y es que el planeta se encuentra en una situación crítica y los seres humanos somos responsables de la sexta mayor extinción en la historia de la Tierra, la primera desde que desaparecieron los dinosaurios. Un informe revela que, en los últimos 500 años, se han extinguido 844 especies de plantas y animales y actualmente hay 76.000 especies de plantas y animales en peligro de extinción. Ante este panorama, cualquier acción suma. Por eso, como parte del proyecto #BuenaHuella de Naturgy, Prensa Ibérica ha querido pasar a la acción poniendo su granito implantando junto a Ocean Ecostructures, un micro arrecife en Port Adriano (Mallorca) con el fin de regenerar el fondo marino. Con otras instalaciones en condiciones similares, Ocean Ecostructures ha observado que al cabo de un año se detectan aproximadamente 66 especies distintas alojadas. Un micro arrecife biomimético medio al cabo de 1 año ya es capaz de acumular 23KG de biomasa generada y capturar 10KG de CO2.
En el caso del micro arrecife instalado en Port Adriano, en estos primeros meses ya se han detectado algunas especies muy interesantes a nivel científico, como especies filtradoras que ayudan a limpiar el agua del puerto como la Ciona robusta. También se ha observado el crecimiento de algas que favorecen la captura de CO2 como es el caso del género Dictyota. O algas como la halopteris que son alimento para otros depredadores. Asimismo, se han observado varias especies diferentes de peces como el Serrano (Serranus scriba) o la Oblada (Oblada melanura).
Dictyota es un género de algas pardas de la familia Dictyotaceae.
Ciona robusta es una especie de invertebrado marino del género Ciona de la familia Cionidae.
La cabrilla pintada (Serranus scriba) es una especie de pez marino con aletas radiadas, una lubina de la subfamilia Serraninae, clasificada como parte de la familia Serranidae que incluye los meros y las anthias.
La dorada (Oblada melanura), también llamada dorada u oblade, es una especie de pez con aletas radiadas perteneciente a la familia Sparidae, que incluye a las doradas y los pargos.
Consciente de que todos los seres vivos merecen su propio Oasis Azul para vivir, Naturgy llevó a cabo un proyecto de rehabilitación medioambiental con la creación del Lago Meirama en el valle de As Encobras, Cerceda (A Coruña), que consistió en la transformación de una antigua mina de lignito a cielo abierto en un lago artificial que ha generado un gran espacio protegido de biodiversidad.
Como parte de la rehabilitación ambiental se han plantado más de 450.000 árboles en los terrenos de la antigua explotación minera, convirtiendo la zona en un pulmón verde y un sumidero de CO2. El exhaustivo inventario zoológico y botánico llevado a cabo por el equipo de especialistas de la Estación de Hidrobioloxía do Encoro do Con, de la Universidad de Santiago de Compostela, ha identificado un total de 862 especies animales y vegetales, de las que el 5% son endémicas y con especial valor de conservación. Todas las especies animales y parte de las vegetales han repoblado la zona de forma autóctona, encontrando en el Lago de Meirama un hábitat tranquilo y protegido.
Todo esto nos enseña que, preservando la biodiversidad, nos protegemos a nosotros mismos. Por eso, cada acción y cada esfuerzo cuentan. Y volviendo a lo que señalaba Txema Brotons, hasta que no entendamos que todo es parte de la solución, no lo vamos a conseguir.