Dice el tango que 20 años no es nada, pero la realidad actual es que estamos inmersos en una época de fuertes cambios, y disciplinas como la Inteligencia Artificial (IA) y la Ciencia de Datos, entre otras, están revolucionando no solo los campos científicos y tecnológicos, sino también los relativos a las humanidades y a la propia sociedad en la que vivimos. Una sociedad en la que de manera rápida y progresiva estamos ya viviendo un cambio de hábitos y de reglas relacionados con nuestra creciente necesidad de conexión, que la pandemia de COVID-19 no ha hecho más que acelerar.

Esta revolución de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) traerá consigo grandes cambios en áreas tan importantes para nuestro bienestar económico y social como la Medicina, que se convertirá en Medicina PPP (personalizada, preventiva y predictiva); la Educación, que podrá ser cada vez más individualizada, y llegar a más personas; el Medioambiente, en el que la Inteligencia Artificial puede ser una clave para su preservación, … y por supuesto prácticamente en cualquier otra área como el Comercio y la Industria en general, pero también en campos como el Arte, el Diseño o la Política. Cada vez más, tanto el mundo científico como el humanístico serán también interdisciplinares. 

Para afrontar todos estos cambios debemos de estar preparados. Nuestro bienestar se puede incrementar sin duda con servicios más personalizados y a la vez más económicos, que nos pueden ayudar a llegar a esa sociedad del bienestar de la que tanto se habla, y de la que tan poco hemos llegado a atisbar. Pero no todos los cambios van a ser positivos, otras cuestiones importantes para el bienestar, como el empleo, se verán afectadas. Es obvio que habrá un número relativamente alto de tareas que podrán automatizarse, lo que ocasionará la desaparición de un nº importante de los empleos actuales, con una estimación para España en los próximos años del orden de los 4-5 millones. Está también claro que otros trabajos cambiarán, debido a la necesidad de interacción con las máquinas inteligentes, que se ocuparán de las tareas más tediosas (como por ejemplo el análisis de datos, que pueden hacer de forma más eficiente que los humanos), y dejarán las tareas más creativas para las personas. Y por supuesto, otros empleos nuevos aparecerán, y no sólo en temas relacionados con las TIC, sino también por ejemplo en áreas de ocio o de cuidado personal.

En palabras del presidente del Gobierno en la presentación de la Estrategia Nacional de IA (ENIA) en diciembre de 2020, la IA ha contribuido en 2018 con unos 1.700 millones de euros al PIB mundial, y en 2030 se estima que aportará ocho veces más, alrededor de 14 mil millones de euros, una cifra cercana a todo el PIB actual de la UE. Galicia también presentó su Plan Estratégico en IA (EGIA) en junio de 2021. En ambos planes se tiene en cuenta un aspecto imprescindible para el mundo que viene, la ética. Vivimos en un país y en una autonomía que tienen un plan estratégico en IA, con contribuciones modestas si las comparamos con los gigantes EEUU y China, pero que tenemos que hacer valer usando nuestras fortalezas. Y se trata de aprovechar esas fortalezas y nuestros recursos propios en A Coruña para estos próximos 20 años. Pensemos en nuestras fortalezas para crear un ecosistema fuerte de investigación, desarrollo e innovación de calidad. Por una parte, contamos con el 47% de las empresas TIC de Galicia, además de con otras empresas relevantes a nivel nacional e internacional, organizaciones, fundaciones y centros hospitalarios punteros, a la cabeza de la innovación en muchos aspectos. También tenemos una universidad comprometida con la docencia, la investigación de calidad y la transferencia al tejido empresarial del conocimiento que genera. En nuestra Universidad, la IA es un área de estudio y de investigación que se encuentra representada en nuestros tres campus de Especialización, con sus polos de innovación digital, tecnológica y humanística. Y tenemos formación tecnológica en nuestra Facultad de Informática, como los Grados en Ingeniería Informática o en Ciencia e Ingeniería de Datos, o los Másteres en Ciberseguridad o en Computación de Altas Prestaciones, entre otros, sino también en formación interdisciplinar con ejemplos como los Máster en Bioinformática, en Derecho e IA, o en Automática y Robótica. Y en breve, esperamos poder implementar un nuevo Grado en Inteligencia Artificial y un Máster interuniversitario en IA. En cuanto a la investigación en Inteligencia Artificial, es relevante la calidad y la vocación de transferencia de nuestros grupos y centros de investigación, de los que el Centro de Investigación en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (Citic), un centro singular de investigación en nuestra Comunidad Autónoma, es el buque insignia, reuniendo el mayor número de investigadores en Inteligencia Artificial de toda la Comunidad Autónoma, lo que nos permite contemplar muchas especialidades diferentes como el Aprendizaje Automático, el procesamiento del Lenguaje Natural, la Ciencia de Datos o la Visión Artificial, entre otros. Pero para crear un ecosistema, hace falta aglutinar y crear sinergias, y para ello A Coruña también cuenta con la Ciudad de las TIC, un proyecto estratégico con la misión y la visión de crear un polo TIC y de innovación digital que no sólo quiere ser referente a nivel nacional, sino también internacional, y tener la capacidad de atraer y retener talento. Los próximos 20 años ya han empezado y pueden ser una oportunidad inmensa para A Coruña.