Doce marineros filipinos iniciaron ayer una huelga de hambre en el puerto de A Coruña para denunciar que llevan un mes abandonados y cuatro sin cobrar después de que la Capitanía Marítima de A Coruña paralizase el barco en el que llegaron a la ciudad porque tenía todos los certificados caducados y graves deficiencias que impedían autorizarlo a continuar viaje.

El mercante Emba Soira arribó a puerto a finales de agosto para cargar tablero de madera y fue sometido a una inspección rutinaria en la que los funcionarios de la capitanía comprobaron que el buque tenía casi todos los certificados caducados y que presentaba deficiencias estructurales. La tripulación pretende no moverse del puerto de A Coruña hasta que el armador no pague lo que les debe. "Llevamos cuatro meses sin salario y sin saber de nuestra familia", explicó el cocinero del barco, quien, al igual que otro de sus compañeros, aseguró que por ahora no ha obtenido respuesta a sus exigencias para cobrar los 17.000 euros que les deben.

"El armador no tiene palabra de honor", afirmaron al explicar la situación por la que atraviesan, después de que, según indicaron, el propietario del barco se comprometiese a abonarles los salarios si proseguían con el viaje desde Las Palmas de Gran Canaria a A Coruña. "Pero tampoco han pagado", denunciaron. Los marineros confirmaron que todavía disponen de agua potable y víveres, pero advirtieron de que "pronto" se les acabarán. El armador del buque propuso a la tripulación que fondeen la embarcación en la ría de Ares, a lo que los marineros se niegan, además de que les sería impedido por la Capitanía Marítima. Los trabajos de la tripulación en el barco se limitan a operaciones de mantenimiento básico, dado que pretenden mantener la huelga hasta lograr que el armador ceda a sus reivindicaciones. La inspectora en Galicia y Asturias de la Federación Internacional de Trabajadores de Transporte (ITF), Luz Baz, aseguró que la compañía propietaria del barco ha trasladado a su tripulación que está realizando gestiones para conseguir el crédito de un banco "aunque todavía no tienen confirmación".

Sin solución para el 'Virtus'

En una situación similar, se encuentran desde junio los tripulantes del Virtus, otros doce marineros, de origen ruso y ucraniano y a los que se les adeudan 90.000 euros en salarios. Luz Baz confirmó que a los dos tripulantes que decidieron regresar, con la ayuda de sus familiares, a su país, se sumarán esta noche otros dos, que abandonan "sin haber cobrado ningún salario". El Virtus, con bandera de San Vicente y Granadina, llegó el pasado 11 de junio al puerto de A Coruña, tras quedar a la deriva por un fallo en la máquina. Según Luz Baz, sobre el barco pesa una hipoteca "por lo que en la práctica pertenece a un banco de Estonia" que, por ahora, no hizo ninguna gestión para hacerse cargo del mismo. La tripulación que todavía queda a bordo subsiste gracias a la ayuda de la Cruz Roja y de la Consellería do Mar, que suministran alimentos.