El Ministerio de Medio Marino ha enviado ya al sector los borradores de orden para mejorar la gestión de las cuotas de pesca de caballa y merluza en 2011 y evitar que, como este año, se produzca un agotamiento prematuro de las posibilidades de captura. En el caso de la caballa, el departamento que dirige Rosa Aguilar pretende modificar la orden anterior y bajar los topes diarios de pesca a menos de la mitad de los establecidos para el presente ejercicio. Este año los buques de arrastre de fondo del Cantábrico Noroeste pudieron descargar 18.000 kilos de caballa por jornada de faena y con la propuesta de Medio Marino para 2011 el límite sería de 8.000 kilos por buque y día.

En el caso de la flota de cerco, este año cada barco de más de 100 GT podía capturar 18.000 kilos al día y los de menos de 100 GT un máximo de 9.000. La modificación supondría que los dos tipos de buques pasasen a tener un tope de 8.000 kilos por jornada de pesca.

Las artes distintas al arrastre de fondo y al cerco hasta ahora podían capturar 1.000 kilos por tripulante embarcado y día pero con la reforma de la orden el tope sería de 2.500 kilos diarios por embarcación.

Mientras, el reparto de la cuota por modalidades de flota se mantendría igual que en 2010, con un 30,51% del cupo español para el arrastre de fondo, un 27,73% para el cerco -de la que un 7% se destina para las unidades con arqueo igual o inferior a 50 GT para la segunda mitad del año- y un 34,63% para el resto de artes que se dedican a esta especie.

El borrador de orden de gestión de la caballa también establece que la Dirección General de Recursos Pesqueros y Acuicultura comunicará mensualmente la situación del consumo de la cuota de caballa a las asociaciones profesionales de las flotas afectadas y a la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores. Además, cuando el consumo del cupo de cada uno de los tipos de flota supere el 90% del total asignado, el Gobierno dictará el cierre de la pesquería para esos buques.

En el caso de la gestión de las cuotas de merluza de aguas ibéricas, el proyecto de orden establece por primera vez un reparto de las posibilidades de captura entre los distintos tipos de flota. El borrador fija para el arrastre de litoral del Cantábrico Noroeste el 50,31% del cupo, un 17,99% para la volanta, un 7,63% para el palangre de fondo y un 9,96% para la flota de artes menores. El Gobierno también pretende reservar un 2% de la cuota para la modalidad de pincho-caña por ser un arte "de carácter tradicional, altamente artesanal, que se caracteriza por su selectividad y con una importante implantación en algunos puertos del Cantábrico. Mientras, el arrastre de fondo de aguas de Portugal se quedaría un 4,52% y para el golfo de Cádiz un 7,59%.

Este reparto, según Medio Marino tiene en cuenta en un 80% los porcentajes de capturas de la flota obtenidos por la Secretaría General del Mar entre 2002 y 2009, un 10% en función de la dependencia socioeconómica de cada tipo de buques y un 10% en base a la dependencia de esa pesquería.

La propuesta supone un descenso sustancial respecto al planteamiento inicial -cuando el Gobierno empezó a plantear el reparto de la cuota por modalidades de pesca- para el arrastre. En ese momento Medio Marino proponía un 58% de la cuota para este tipo de flota, un 17% para la volanta, un 8% para las artes menores y un 5% para el palangre. El resto se repartía entre la flota de aguas de Portugal y del golfo de Cádiz.

El borrador de orden también establece una distribución de las posibilidades de pesca por trimestres -para que así haya cuota todo el año- y el Gobierno comunicará cada mes al sector, al igual que en la caballa, el volumen de consumo de cuota. Además, decretará el cierre de la pesquería para las artes menores cuando su cuota para ese trimestre alcance un consumo del 70%. En el resto de modalidades lo haría cuando llegasen al 90%.

Mientras, si un tipo de flota gastase en ese trimestre más cupo del asignado, se le restaría del siguiente y en caso de que le sobrase, lo sumaría. Lo mismo ocurriría si se tratase del último trimestre del año pero afectando a las posibilidades de captura del ejercicio siguiente.

Medio Marino pretende que la orden de la merluza tenga tres años de vigencia y espera que en este periodo la capacidad global de pesca se reduzca un 8%.