La flota de bajura gallega, al igual que la del resto de comunidades del Cantábrico Noroeste, pretende que el Ministerio de Medio Marino autorice un anticipo del 10% del cupo de rape del próximo año para poder seguir faenando hasta el final del presente ejercicio. Así lo señaló ayer a este diario el presidente de la Federación Galega de Confrarías de Pescadores, Benito González, que explicó que el asunto ya se planteó en los últimos días al Ministerio, a través de la Secretaría General del Mar.

El motivo de la petición es poder garantizar la actividad para los barcos de mayor porte -la flota de rascos, una treintena en la costa del Cantábrico Noroeste- y evitar su amarre en el último tramo del año ya que a ese tipo de buques le resulta "prácticamente imposible el cambio de modalidad de pesca" y, por tanto, dedicarse a otras pesquerías, lo que les obligaría a inversiones que en este momento los armadores no podrían afrontar.

González aseguró que la petición se basa en la previsión de un fuerte incremento del cupo de rape en el Cantábrico Noroeste para el próximo año -del 110%, según la propuesta de Totales Admisibles de Capturas (TAC) y cuotas pesqueras presentada por Bruselas el pasado 27 de septiembre-. "Si pudiéramos disponer de un adelanto del 10% sería una buena solución para estos barcos, aunque sabemos que es difícil porque ahí entran también los intereses de otros sectores, como el arrastre; ya veremos", aclaró González.

El presidente de los pósitos gallegos también reveló otra de las "batallas" actuales del sector ante la Administración central: lograr la reapertura inmediata, "a ser posible antes de noviembre", de la pesquería de la merluza en aguas del Cantábrico Noroeste para la flota de artes menores -unas 2.000 embarcaciones en toda Galicia-. El sector recuerda que aún queda una pequeña reserva de cupo sin consumir y que la reapertura dotaría de actividad a los barcos de esta flota que no se vayan a dedicar a otra pesquería en las próximas semanas, como es el caso de la centolla.