Las autoridades europeas aseguran que la flota comunitaria es excesiva y que se debe seguir reduciendo para adaptarse a los "escasos" recursos pesqueros existentes. Mientras, los armadores españoles aseguran que han realizado un importante esfuerzo en los últimos años y que el censo español está ajustado a la capacidad de los caladeros. Las últimas estadísticas pesqueras publicadas por el Ministerio de Agricultura parecen dar la razón a la flota española. Según datos extraídos del Registro Europeo de Buques, España fue el segundo país que más redujo el número de pesqueros operativos durante el año pasado, en 342, solo por detrás de Italia, que al cierre de 2011 tenía dados de alta 424 buques menos que a 31 de diciembre de 2010. España contaba con un total de 10.505 unidades e Italia con 13.111, la mayoría de pesca artesanal.

La pérdida de embarcaciones de pesca sufrida por el censo español durante el año pasado representa casi el 25% de la registrada en toda la UE -donde a cierre de 2011 había 1.384 buques menos que un año antes-, porcentaje que en el caso de Italia representa el 30,6% del total. De hecho, la flota comunitaria pasó de contar con 83.830 pesqueros a cierre de 2010 a solo 82.446 a 31 de diciembre del año pasado.

El siguiente país que más redujo su censo durante el año pasado fue Grecia, con 304 embarcaciones menos, seguido de Holanda (-126) y Portugal (-116).

Frente al descenso de estos estados, hubo otros que incluso aumentaron el número de unidades pesqueras. Reino Unido engordó su registro de flota pesquera en 89 buques mientras que Chipre cerró 2011 con 76 embarcaciones más que un año antes. Mientras, Rumanía ganó 19 barcos, Suecia 16 y Eslovenia uno.

La embarcación de Salvamento Marítimo Salvamar Regulus remolcó ayer hasta el puerto de Muros a un pesquero de bandera portuguesa que quedó a la deriva frente a la costa coruñesa tras sufrir un fallo mecánico. El incidente no supuso ningún riesgo para la tripulación -compuesta por ocho marineros- que llegó al muelle muradano en perfecto estado.

Fuentes de Sasemar explicaron que el buque luso Mar da Galega dio la alerta a las 14.00 horas cuando se encontraba en aguas de la ría de Muros, en la zona conocida como Basoñas. Ante la imposibilidad de seguir navegando por sus propios medios, la embarcación portuguesa solicitó el remolque a un puerto próximo, con lo que se activó a la Salvamar Regulus. Pasadas las 17.00 horas, el pesquero ya se encontraba amarrado en los muelles de Muros.