La conselleira de Medio Rural e do Mar, Rosa Quintana, dio por hecho ayer que el Parlamento Europeo "echará abajo" el acuerdo pesquero con Mauritania, que excluye del caladero africano a la flota cefalopodera gallega -una veintena de buques-, por lo que urgió a las autoridades comunitarias a negociar un nuevo protocolo. La votación en la Eurocámara sobre el convenio pesquero no se celebrará antes de varios meses -porque debe ser analizado previamente en distintas comisiones del Consejo de Ministros-, ya pasadas las elecciones autonómicas gallegas.

Antes de participar en la inauguración de un congreso sobre moluscos, Rosa Quintana afirmó que tiene "claro" que España "se va a oponer a que se mantenga este acuerdo" -el resto de estados aún no han manifestado su postura- y apuntó a conversaciones la semana pasada con el presidente de la Comisión de Pesca de la Eurocámara, el español Gabriel Mato, "que es el ponente que expondrá el tema". "Ya me expuso que va a llevar el voto en contra del Parlamento Europeo", destacó la conselleira, que concluyó que el pacto "prefirmado" por la comisaria -Maria Damanaki- "se echará abajo". "Ahora esperamos que tenga rápidamente el mandato de un nuevo acuerdo", añadió.

La conselleira también sugirió, en una reunión por la tarde con el secretario general de Pesca, Carlos Domínguez, la necesidad de impulsar una reunión entre estados miembros afectados y eurodiputados para tratar de tumbar el convenio.

Mientras, la flota afectada exigió ayer en Bruselas y en las calles de Marín -con una protesta- la paralización del pacto actual y la negociación de uno nuevo que incluya a los cefalopoderos.

La patronal pesquera comunitaria, agrupada en Europêche y liderada por el español Javier Garat, reclamó la revocación del acuerdo. Garat instó a los estados miembros y al Parlamento Europeo a que no ratifiquen el protocolo pesquero porque es "muy negativo" para la flota europea y "económica y técnicamente inviable", además de suponer "un derroche de fondos públicos". Garat justificó la necesidad de renegociar el acuerdo para "mejorarlo" porque la contrapartida de 70 millones que abonará la UE por pescar en esas aguas, al margen de los 40 millones que debe aportar la flota europea, "no sirve para nada" porque "solo el 3% de la flota va a utilizar las licencias que concede el acuerdo".

Representantes del sector se reunirán también el 19 de septiembre con Damanaki y esperan tener listo un estudio del negativo impacto económico que tiene el pacto para el sector. "Alrededor de 1.000 tripulantes europeos se quedan sin trabajo y otras 2.000 personas en Mauritania", avanzó Garat, que confía en que Polonia, Lituania y Letonia también rechacen el convenio.