La Cofradía de Pescadores de A Coruña ya ha tomado una decisión en cuanto a la "grave situación" económica que atraviesa desde hace unos meses. Después de plantearse un posible expediente de regulación de empleo (ERE) para despedir a sus cuatro empleados -un vigilante, un biólogo de asistencia técnica, una secretaria y una administrativa- o suspenderles temporalmente el contrato, el patrón mayor del pósito, Manuel Cao, ha pactado una reducción de salarios con la plantilla. En la próxima nómina, los empleados, que mantienen sus horas de trabajo, verán su sueldo reducido entre un 10% y un 15%. "Es la mejor medida para que no haya despidos", asegura Cao.

Los responsables del cabildo coruñés comenzaron el pasado mes de agosto a recopilar toda la información necesaria para poder presentar el ERE que tenían inicialmente planeado, pero para ello necesitaban justificar pérdidas en los tres últimos trimestres, un requisito que no cumplen "por los ingresos de los socios". Por ello, el patrón mayor de la cofradía se reunió con sus cuatro trabajadores para pactar "la mejor solución posible" para que la entidad no entre pronto en números rojos.

Cao ofreció a los empleados esta semana una reducción del salario de entre el 10% y el 15%, una medida que los trabajadores aceptaron "sin poner ningún problema". "Ellos lo entienden perfectamente, llevan muchos años aquí y saben que yo no quiero que haya despidos", asegura el patrón mayor de la cofradía.

La medida tomada por Cao ya está en vigor. "En la nómina del mes de septiembre los trabajadores ya van a percibir esta reducción del salario. La aplicamos desde el día uno de este mes", explica el patrón mayor de la entidad. A pesar de que se reduzcan los sueldos, la jornada laboral se mantendrá con el mismo número de horas. "Acordamos mantener las jornadas, pero tenemos que ver si podemos reducirlas en una hora", comenta el responsable del cabildo.

Con la reducción de los sueldos, el patrón mayor espera que la situación económica del pósito mejore, después de que empeorase en los últimos meses como consecuencia de la escasa actividad marisquera en las costas coruñesas, la alta presencia de marisco contaminado y el furtivismo. "Así no podemos sobrevivir", asegura Cao.

"Empezamos con esta reducción y ya veremos cómo va la cosa, pero igual en unos meses hay que reducir algo más", explica el responsable del pósito, quien asegura que esta medida es mejor que tener que mandar a los trabajadores "a sus casas".

Ayuda de la Xunta

A pesar de la reducción de salarios pactada con sus trabajadores, Manuel Cao espera que la Xunta actúe para que la cofradía no registre pérdidas en los próximos meses, con una mejora de las condiciones del marisqueo y la lucha contra el furtivismo. "Esperamos que desde la Consellería nos den opciones para poder salir de esta", comenta el patrón mayor.

Los mariscadores de O Burgo volvieron el lunes a faenar con una perspectiva muy negra para esta temporada. Los profesionales de la ría recuperaban la actividad tras la veda por la aparición de una toxina, pero obtuvieron unos "muy malos resultados de capturas". Solo lograron extraer una cuarta parte de lo permitido. La situación de los bancos marisqueros -con alta presencia de furtivos y sin medidas previstas para su descontaminación- hace insostenible la actividad, asegura el patrón mayor de la cofradía, Manuel Cao, quien amenaza con que el sector abandone la actividad del marisqueo y se centre en otras artes. Es lo que hará él, que ha decidido pasarse " a las nasas". "Vamos a pedir a la Xunta un estudio, porque el terreno tiene un aspecto grisáceo y la concha está pálida. El furtivismo no se controla y cada vez hay más", asegura. La cofradía reclama el dragado de la ría.