La flota bacaladera española ha iniciado la campaña ártica en aguas de Svalbard con "buena pesca y normalidad", un concepto que incluye también la intensa labor inspectora que realizan las autoridades noruegas. Así describe el sector el arranque de esta campaña, en la que participan cuatro de los cinco barcos que quedan operativos de esta flota, todos ellos con Galicia como base de operaciones. Este año disponen de una cantidad récord de cuota pues el buen estado de la pesquería permitió elevar el cupo un 25%, hasta un Total Admisible de Capturas (TAC) de un millón de toneladas, del que a la flota española corresponden algo más de 17.000. Esta cantidad incluye el cupo al que tienen derecho los buques españoles en la zona económica exclusiva de Noruega (2.691 toneladas).

"La campaña va bien, con pesca tranquila, precios algo bajos pero aceptables y muchos controles, nada fuera de lo normal", señala Iván López, gerente de Pesquera Áncora, con dos barcos que capturan el 51,6% de la cuota española, lo que les permite trabajar en esos caladeros todo el año.

En lo que se refiere a las inspecciones, se describen como "continuas", en ocasiones "muy prolongadas" y con el foco puesto especialmente sobre la flota comunitaria aunque sin que hasta ahora haya habido incidentes relevantes. "No pasa nada, somos profesionales y sabemos que los controles son necesarios", indica el armador.

Al margen de la cuota de bacalao en aguas nórdicas, la flota española dispone de un cupo de 2.394 toneladas en aguas de Terranova (NAFO), al incrementarse este año en un 56% por la recuperación del recurso tras varios años de cierre y una reapertura simbólica hace dos años.

Para saber qué ocurrirá con el cupo de bacalao el próximo año el sector tendrá que esperar aún unas semanas, a conocer el informe que elaboren en julio los científicos del ICES -Consejo Internacional para la Exploración del Mar, por sus siglas en inglés- sobre el estado de la pesquería y su recomendación de cara a la adjudicación de cupos pesqueros para 2014.

Mientras, los estudios científicos sobre la población de bacalao ártico constatan una situación estable y, dado que tanto Rusia como Noruega aceptaron que no haya cambios superiores al 10% en los cupos pesqueros, se estima que el nivel de capturas permitido no variará mucho en los próximos años.