El próximo año 2014, y en función del criterio de precaución, las flotas española -casi toda gallega- y portuguesa no deberían capturar, en conjunto, más de 17.000 toneladas de sardina para preservar el futuro de la especie, en la actualidad con los datos biológicos históricos en sus registros más bajos. Esta es, al menos, la recomendación trasladada el pasado mes de julio a la Comisión Europea por el grupo de científicos del Consejo Internacional para la Exploración del Mar -ICES, por sus siglas en inglés- que analiza la situación de esta pesquería en los caladeros del golfo de Vizcaya y las aguas atlánticas ibéricas.

La recomendación del ICES, organismo científico internacional que cuenta con presencia del Instituto Español de Oceanografía (IEO), supondría una reducción de algo más del 69% sobre las capturas de esta especie registradas el pasado año -el último analizado-, cuando las flotas española y portuguesa sumaron unas capturas de cerca de 55.000 toneladas, a razón de 31.583 por parte de Portugal y de 23.275 por parte de España, según los datos del informe elaborado por el grupo de expertos en sardina del ICES. Precisamente, 55.000 toneladas como tope de capturas fue también la recomendación elaborada por los científicos que asesoran a Bruselas para 2013.

Y la propuesta de reducción de pesca se razona en los malos datos que ofrece el análisis de la situación biológica de la especie, en sintonía con la percepción del sector pesquero gallego, que en los últimos años lamenta una notoria reducción de las capturas de una de sus especies más emblemáticas, especialmente en verano. De hecho, el informe elaborado por ICES ya constata una reducción de capturas del 33% el año pasado sobre el precedente, con unos desembarcos estimados de 80.000 toneladas.

Pero es que, además, el informe científico indica que la cantidad de ejemplares de sardina de edad de un año o superior ha descendido desde 2006, que la biomasa fue el año pasado un 64% inferior a la media histórica, el reclutamiento -introducción de ejemplares jóvenes a la pesquería- está también por debajo de la media histórica e incluso con valores inferiores a la última gran crisis que padeció la especie, en los años 90 del siglo pasado.

En resumen, y como constatan los científicos, que la situación de la sardina es delicada tanto en lo que se refiere a los ejemplares de mayor edad como en los juveniles y en la fase de desove. Y ello pese a que la mortalidad por pesca se ha reducido en los últimos años.

La propuesta científica para esta especie, la de no superar unas capturas de 17.000 toneladas está incluso por debajo de la planteada en el plan de gestión elaborado por España y Portugal, que propone limitar las capturas a poco más de 20.000 toneladas.

Los científicos del ICES llevan desde 2003 aconsejando no incrementar o reducir la presión pesquera sobre una especie, no sujeta a limitación por TAC (Totales Admisible de Capturas) y cuotas por parte de la Unión Europea.

Para la sardina no rige TAC (Total Admisible de Capturas) comunitario y su pesca es gestionada por las administraciones portuguesa y española a través de tallas mínimas, capturas máximas diarias, limitaciones de días de pesca y zonas de veda.

En España, las medidas de gestión incluyen una captura máxima permisible de 7.000 kilos por día de pesca y cinco días de límite de pesca a la semana desde 1997. En Portugal, desde ese mismo año rige una limitación general en días de pesca (180 por año y prohibición en fin de semana). Además, desde 2010, se establecen límites anuales de captura: en 2012, fue de 36.000 toneladas en dos etapas: 9.000 entre el 1 de enero y el 31 de mayo y 27.000 del 1 de junio al 31 de diciembre. Este año, los límites fijados son de 12.000 toneladas hasta el 31 de mayo y de 15.000 toneladas entre el 1 de junio y el 31 de agosto. Además, la pesca de sardina fue prohibida 45 días en el primer trimestre del año.

Según los expertos del ICES, los efectos de estas medidas de gestión para la sardina son "inciertos", pero pueden haber contribuido a la disminución de la mortalidad por pesca observada entre 1998 y 2007.