La flota de bajura gallega lleva meses trabajando junto al resto de comunidades que operan en el Cantábrico para buscar una salida a sus problemas, relacionados con la escasez de cuotas y los planes de gestión, que dificultan la rentabilidad de su actividad. Y ayer era un día clave para poner sobre la mesa los inconvenientes y las propuestas para solventarlos. Los representantes de las cofradías se reunieron con diversos miembros de la Administración -autonómicas y central- para exigir una nueva gestión de los recursos de interés para la flota gallega, como la caballa, el jurel o la sardina. Según fuentes de la Federación Galega de Confrarías de Pescadores, que estuvo representada en el encuentro, la Administración se comprometió a respaldar las propuestas del sector y defenderlas antes Bruselas, con especial hincapié en el tema de la caballa -o xarda- y el jurel.

Por parte de la Consellería do Mar, asistieron al acto el secretario xeral do Mar, Juan Carlos Maneiro, y el director xeral de ordenación e xestión dos recursos mariños, Ramón Fernández. En representación del Gobierno central, acudieron a la cita el director general de recursos pesqueros, Ignacio Escobar, y el subdirector general del caladero nacional y aguas comunitarias, Borja Velasco.

La flota tiene clara su propuesta para "mejorar" la rentabilidad de estas dos pesquerías: diferenciar el stock norte (el que comprende las aguas comunitarias de Gran Sol) del stock sur (que implica toda la fachada atlántica de la península ibérica y el Cantábrico, incluyendo parte de la costa francesa). Los estudios científicos que elabora el ICES (Consejo Internacional para la Exploración del Mar, por sus siglas en inglés) -que sirven de base para el reparto de cuotas- no diferencian el estado de la caballa y el jurel en estas dos zonas desde 2004, sino que hacen una recomendación general para el conjunto de aguas comunitarias. Según los pósitos del Cantábrico, conseguir esa diferenciación supondría una mejoría de las posibilidades de cuota para la flota de bajura, ya que "facilitaría la elaboración de planes de gestión adaptadas a las características de las flotas del Cantábrico y Noroeste".

Y el sector cuenta con el respaldo de los científicos, que defienden la separación de los stocks norte y sur de caballa y jurel al considerar que no se encuentran en el mismo estado y que varios estudios de genética constataron "diferencias" entre la biomasa de cada zona.

Con el argumento "claro" y el respaldo de los científicos, las cofradías del Cantábrico -gallega, asturiana, vasca y cántabra- exigieron ayer a la Administración realizar esta distinción. Y ésta parece estar de acuerdo. "En este tema hubo una coincidencia muy grande entre el sector y la Administración, que se comprometió a respaldar nuestra propuesta", señala el secretario de la federación gallega, Xoán Manuel López. El primer paso para conseguir el objetivo será realizar un "estudio" para diferenciar que las dos especies están "en distinto estado" y "fijar los términos" en que plantear la cuestión ante Bruselas. Una vez hecho, la Administración hará "el trabajo más duro", que es tratar de convencer al Ejecutivo comunitario esta "independencia necesaria" para modificar las cuotas de jurel y caballa.

Pero estas no son las únicas especies con las que el sector tiene problemas. En la reunión también se trató el tema de la sardina, ya que la flota española considera "necesario" realizar un plan para la gestión del recurso -que escasea en los últimos años- que unifique las normas y los cupos de captura desde el golfo de Cádiz hasta el Bidasoa. El problema en este caso está en Portugal: "Allí trabajan los siete días de la semana y tienen unos topes de captura muy superiores a los nuestros. Su intención es contraria a los intereses de nuestro sector", critica López.

Ante esta situación, la propuesta de las cofradías es "partir de cero" y elaborar un nuevo plan de gestión conjunto. Para ello, la Administración también se comprometió a entablar conversaciones con el Gobierno luso para plantearle la necesidad de elaborar una nueva gestión del recurso.

Por último, el sector retomó un tema por el que viene luchando desde hace años: la "necesidad" de una Indicación Geográfica protegida (IGP) de la anchoa del Cantábrico, para diferenciarla de la que entra en España procedente de terceros países. "Este es un tema más complejo, porque la situación económica no es favorable y no contamos con el respaldo de Anfaco, que está boicoteando el tema", critica el secretario de las cofradías gallegas, que asegura que -aunque "no sea a corto plazo"-, el sector conseguirá una "marca colectiva" de la anchoa capturada por los cerca de 300 barcos que participan en la costera del Cantábrico. "Seguiremos trabajando para conseguir algo que nos diferencie", sentencia López.

Sector y Administración volverán a reunirse hoy para tratar dos estudios sobre la gestión de recursos, con especial hincapié en el pulpo.