El mantenimiento del actual sistema arancelario es una "herramienta imprescindible" para regular el acceso al mercado comunitario de las conservas de atún de terceros países y, más concretamente, de los asiáticos como Tailandia o Vietnam, con los que Bruselas negocia acuerdos comerciales y a los que deberían exigirse "sólidas normas de origen". Estas exigencia de la industria comunitaria de la UE forma parte de las conclusiones incluidas en la Declaración de la Industria Atunera Mundial Vigo 2013.

El sector también exige a la CE que garantice "un mismo campo de juego en el que la industria comunitaria pueda competir con la de terceros países, exigiendo el cumplimiento de los más avanzados estándares en el ámbito de la seguridad alimentaria y de aspectos sanitarios, el respeto a las normas de pesca sostenible, la protección social y de seguridad en el trabajo y el respeto al medio ambiente, a fin de asegurar que existe una competencia verdaderamente leal en el mercado comunitario".

En lo que respecta al ámbito mundial, la declaración ve en el abastecimiento de materia prima un "factor clave" para la competitividad de la industria, pro lo que exige luchar contra la pesca ilegal. En este punto, se entiende que la UE "debe exigir la máxima transparencia y rigurosidad a todos sus estados miembros en la aplicación de su propio reglamento contra la pesca ilícita".

Por otra parte, se apuesta por la "sostenibilidad" del sector, tanto en lo ambiental como en lo económico y social y se demanda la ratificación y aplicación de todos los países de los convenios internacionales en estas materias.

Entre los mensajes que ayer dejó la industria atunera mundial está también la necesidad de regular la capacidad de pesca de los túnidos por parte de todas las flotas. El ajuste de la capacidad pesquera a la realidad de un recurso "escaso" y estabilizado en torno a los 4,2 millones de toneladas al año se suscitó también en uno de los debates de la jornada. Ignacio Lachaga, presidente del grupo Albacora, alertó del incremento de la presión pesquera por parte de flotas, como la china, con entre 50 y 80 nuevos grandes atuneros en servicio. "Un exceso de capturas nos podría llevar a un escenario peor", señaló, para vaticinar que "el resultado sería el de que los barcos tendrían que amarrar seis meses al año".

En la misma mesa intervino Renato Curto, presidente de TriMarine Group de EEUU, que definió al sector atunero del país como "un gigante dormido", que necesita "estímulos para despertar". Por su parte, Roberto Aguirre, presidente de Nirsa (Ecuador), describió con cifras el enorme auge del sector atunero de su país y, calificó como "una buena oportunidad" la negociación de un nuevo acuerdo comercial de su país con la UE.

Sobre la posible sobredimensión de la flota atunera mundial en función del recurso, Curto advirtió de que cuando aumenta la flota y las capturas los precios bajan y apostó por regulaciones basadas en informes científicos. Por su parte, Aguirre compartió la preocupación e indicó que "si sigue la expansión de la flota el recurso de va a acabar".