La UE y Tailandia retomaron ayer las negociaciones de su tratado de libre comercio, que los conserveros españoles -mayoritariamente gallegos- y comunitarios cuestionan por el riesgo que implicaría para su supervivencia la concesión de ventajas al principal competidor de la industria comunitaria del atún. Es por ello que vienen reclamando -con el apoyo de las instituciones políticas españolas o portuguesas- que el atún sean considerado "producto sensible" y quede al margen de las negociaciones.

El propio Parlamento de Galicia acordó ayer por unanimidad instar a la Xunta a que exprese su rechazo ante el Gobierno español y la UE a la inclusión de los productos del atún de los acuerdos del acuerdo comercial.

En la VI Conferencia Mundial del Atún, celebrada la pasada semana en Vigo, la industria atunera tailandesa negó tener intención de "acaparar" el mercado de las conservas de atún de la UE y reclamó colaboración al sector europeo para frenar la competencia de países como Papúa o Filipinas.