La Fundación Rendemento Económico Mínimo Sostible e Social (Fremss) comenzó ayer su andadura de cara al público con la celebración del I Congreso de Sostibilidade Social e Económica do Sector Pesqueiro. Al encuentro asistieron diferentes personalidades del sector pesquero gallego y de la Administración, y todos coincidieron en su objetivo: plantar cara a Bruselas -a la que acusan de primar los aspectos medioambientales por encima de los económicos y sociales- con propuestas y estudios científicos con los que conseguir mejoras sustanciales para el sector pesquero de la comunidad. Pero en el encuentro también hubo algún que otro encontronazo entre los pescadores y la Administración, que también forma parte de la fundación. Esta considera que, para ir a Bruselas, primero es necesaria una unión del sector, al que acusa de "desunión, atomización y no saber venderse".

Todos los asistentes al congreso celebraron la creación de Fremss y aseguraron que darán "todo" para que la fundación crezca, sume aliados y consiga sus objetivos. Pero antes el sector debería conseguir una "mayor unidad" interna, o por lo menos así lo considera la Administración. "El sector no se considera unido. La bajura y la altura no consideran que pertenezcan al mismo sector y hay problemas entre puertos", criticó el secretario general de Pesca, Carlos Domínguez, en un debate con los asistentes. "Nos extraña que los representantes del sector no vengan con unas posturas de fuerza, de forma que a la Administración no le quede más remedio que aceptar lo que quiere", añadió Domínguez, que instó a la flota a transmitir "credibilidad".

En la misma línea se pronunció la conselleira do Mar, Rosa Quintana, al referirse al "gran problema de atomización" del sector. "La unidad debe de ser con el apoyo de todos. No nos sabemos vender y muchas veces la imagen que transmitimos es la que no debería ser", criticó, para recalcar la necesidad de "unidad, cumplimiento de las normas y saber venderse". A pesar de este toque de atención, Quintana resaltó el "gran esfuerzo" hecho por la flota gallega en los últimos años: "Es hora de que la UE cuente con estos esfuerzos", sentenció.

También hubo espacio para hablar del criterio de estabilidad relativa, una medida que en varias ocasiones la conselleira amenazó con llevar a los tribunales si no se modifica. Pero ayer Quintana no hizo mención al tema, y fue Domínguez el que reconoció que "por mucho que España pida el cambio", el resto de países de la UE "no lo quieren". El secretario general de Pesca considera, además, que España "también se beneficia" de la estabilidad relativa, ya que hay pesquerías en las que tiene "mayor parte de cuota". "En Galicia tenéis casi toda la cuota de bonito y pez espada", espetó, un comentario que pareció no contentar a los representantes del sector allí presentes.

En cuanto al conflicto entre Galicia y Portugal por la gestión de las pesquerías de arrastre de litoral, en la que la flota gallega asegura salir "muy perjudicada", Domínguez aseguró "tomar nota" de las dificultades y estudiar una solución. Pero aquí también hubo un pequeño encontronazo. "No estoy seguro de que la totalidad del Cantábrico Noroeste esté de acuerdo con esto. Las condiciones aquí son autoimpuestas por el sector", criticó, en referencia a los topes de descarga y días de trabajo que fija el arrastre de litoral gallego en estas pesquerías.

Pero a pesar de los enfrentamientos, el ambiente que se respiraba ayer en la celebración del congreso era "muy positivo". Todos tienen claro su objetivo y están dispuestos a cumplirlo. "Fremms tiene que ser conocido como el amigo de la pesca. Utilizaremos todos los mecanismos que existan y uniremos las voluntades y esfuerzos de toda la gente del sector", celebró el presidente de Fremss, Severino Ares.