Pescadores, pescaderos y científicos los conocen y distinguen perfectamente. Sin embargo, la mayor parte de los consumidores no aprecia grandes diferencias entre un jurel común (Trachurus trachurus) y uno "francés", como popularmente se conoce al que la ciencia nombró como Trachurus picturatus. Y menos diferencias pueden apreciar los profanos cuando se trata de ejemplares de pequeño tamaño, los chicharros, según su denominación popular en el sur de Galicia.

Según lamentan los pescaderos, la presencia del jurel francés es cada vez más abundante en la costa del sur gallego, un hecho que algunos achacan a los efectos del cambio climático. Eso, al menos, opina Manuela Álvarez, Manoli, que recuerda el año pasado como una auténtica "invasión" de chicharro -como se conoce en A Coruña- francés, "de menor calidad, más alargado, de color diferente, carne más seca y un sabor que nada tiene que ver con el nuestro". Y también de menor precio comercial. "Venía, y algo aún sigue viniendo, mezclado con el jurel nuestro" en las cajas que adquiere en la lonja. "Incluso tuvimos que protestar para que los separaran y ahora ya lo hacen, aunque siempre se cuela alguno".

El mercado es bien consciente de las diferencias de calidad entre ambas especies. Y es que si el francés se puede conseguir normalmente a 10 euros la caja de 15 kilos, el común o gallego se paga a 40 y, en la plaza, el consumidor final puede lograr los primeros a 2 euros el kilo, frente a 8 ó 10 los "autóctonos".

Desde la ciencia no hay constancia de una entrada masiva de jurel francés aunque sí un cierto incremento el pasado año, según Gersom Costas, investigador especializado en la pesquería de la especie en el Instituto Español de Oceanografía. Costas precisa que el jurel francés tiene una distribución en el mar diferente, "más oceánica, más alejada de la costa y su presencia aquí es más bien anecdótica".

Costas aporta los datos de descargas de jurel francés. Están constatadas 149 toneladas de descargas en el año 2007, 323 en 2008, 64 en 2009, 174 en 2010 y 76 en 2011. Son cifras muy alejadas de las 15.000 registradas del jurel común en los últimos años. "El valor comercial del francés es muy inferior al común y se descarta bastante", indica el investigador del IEO.

Gersom Costas está especializado en las pesquerías de jurel en el centro oceanográfico del IEO de Vigo y entiende como "percepciones subjetivas" las de los pescaderos que constatan la entrada masiva de jurel francés. Costas detalla que no se han realizado estudios de evolución de esta especie en nuestras costas, que es objeto de pesquerías importantes en Azores, Canarias y Madeira. El investigador señala que se trata de una especie pelágica migratoria "con una distribución más oceánica, más alejada de la costa que el común y de aguas más profundas".

También señala diferencias físicas. Así, precisa que el francés, posee "un cuerpo más alargado y cilíndrico que el del jurel común y su coloración es azul oscura y puede llegar a alcanzar hasta los 60 centímetros". Las descargas, señala, "corresponden al oeste de Galicia (Rías Baixas) y no hay datos de descargas en el Cantábrico".

Costas también precisa que no hay evidencias científicas de los supuestos efectos del cambio climático que confirmen las sospechas de los placeros y avisa de que "el mar es un medio cambiante" y aunque no sea habitual tampoco se puede considerar una anomalía la entrada esporádica de especies de aguas más frías.