La flota de cerco gallega autorizada a pescar anchoa en el golfo de Vizcaya se vuelca la próxima semana en la captura de esta especie una vez que los bancos de peces se encuentran más cerca de la costa española. En las últimas semanas varias embarcaciones de la comunidad iniciaron la costera -se abrió oficialmente a principios de marzo- pero tenían que desplazarse más de 60 millas mar adentro para encontrar recurso en abundancia. Ahora la especie se acercó al litoral español, a unas 30-40 millas, por lo que los costes de combustible del desplazamiento son asumibles para los barcos más pequeños. Y el aviso de la flota que está en la campaña de que el recurso abunda provocó que el resto de barcos se anime a incorporarse a la costera. En el caso de Galicia son medio centenar de buques -de los más de 60 autorizados- los que zarpan este fin de semana hacia puertos del Cantábrico para iniciar el lunes la actividad en aguas del golfo de Vizcaya.

El patrón mayor de Portosín y armador de cerco, Eduardo Carreño, lleva varias semanas faenando frente a las costas francesas y explica que las perspectivas son "buenas" porque los barcos están encontrando "bastante recurso". "Al principio había que alejarse 60,70 o incluso 80 millas de la costa española para encontrar anchoa pero ahora está más cerca, a unas 30 o 40 millas. Y se está viendo mucha cantidad, por lo que mucha gente se anima a venir a la campaña", resume el también miembro de la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga).

La única mala noticia para el sector es que los precios de la especie son más bajos que en 2013, entre 1,60 y 1,70 euros por kilo, cuando el año pasado la media rondó los 2 euros o 2,30 euros. "De momento la mayoría de los ejemplares son pequeños, unas 40 o 50 piezas por kilo, pero a partir de ahora se supone que aparecerá anchoa más grande", aclara Carreño. "Además este es un pescado caro, que requiere cierto poder adquisitivo, y con la crisis no tiene tanta salida. Y no hablemos ya de la competencia de recurso que viene de fuera y se vende como anchoa del Cantábrico", lamenta el patrón mayor de Portosín.

Los cerqueros gallegos apuestan también por esta costera ante la escasez de cuotas en especies como la caballa y el jurel o la difícil situación biológica de la sardina. Pero a estas dificultades para la pesca se suma el temor de muchos armadores a que en el futuro la pesquería se gestione como la de la caballa -y como se pretende hacer con la sardina-, con las posibilidades de pesca repartidas por buques. "Y para ello es vital tener datos históricos de capturas. Si no vienes a la campaña y no pescas anchoa, cuando en el futuro se haga el reparto por buques -si se hace-, te quedas sin cupo o con cantidades mínimas", ejemplifica este integrante de Acerga. "La gente solo habla de históricos y quiere pescar todo lo que pueda para no salir perjudicado en el futuro", concluye Carreño.

La Unión Europea aprobó el año pasado un Total Admisible de Capturas (TAC) para la anchoa del Cantábrico de 17.100 toneladas en esta campaña, un 17% menos que en la anterior. De esa cuota, 14.580 toneladas corresponden a España y el resto a Francia. Sin embargo, las posibilidades de pesca de la flota española ascienden en total a 15.226 toneladas porque en octubre Bruselas aceptó la incorporación a la cuota de este año de 1.646 toneladas de anchoa que los buques españoles dejaron sin capturar en la campaña de 2013. Un cupo que la flota confía en que sea suficiente.