La Comisión Europea inició el pasado día 14 una investigación sobre las importaciones de dorada y lubina procedentes de Turquía, en respuesta a una denuncia presentada por la Asociación Empresarial de Productores de Cultivos Marinos (Apromar) el 1 de julio. La patronal española de acuicultura marina alegó que esos envíos están subvencionados y se venden en condiciones de competencia desleal. Bruselas comenzó a actuar porque considera que existen pruebas suficientes y, por ello, comprobará si es necesario imponer medidas contra los envíos turcos para evitar perjuicios a los piscicultores de la Unión Europea, según el anuncio publicado recientemente en el Diario Oficial de la Unión Europea.

Apromar -que representa el 25% del volumen de dorada y de lubina que se cría en la Unión Europea- sostiene que los productores turcos obtienen subvenciones directas, préstamos a bajo interés y otro tipo de apoyos que provocaron que las exportaciones hayan aumentado "globalmente" e incrementado su cuota de mercado.

La Comisión Europea admitió las pruebas de la asociación española, que apuntan al incremento de las ventas exteriores turcas de esas especies y a su repercusión negativa en la facturación de los acuicultores de la Unión Europea, tanto en sus precios como en sus resultados.

La investigación comunitaria durará trece meses, si bien en un plazo de nueve meses podrían imponerse medidas provisionales contra doradas y lubinas turcas, en el caso de que el Ejecutivo comunitario confirme que perciben subvenciones que perjudican al sector español y de otros países de la UE.

Bruselas ya actuó en otras ocasiones contra Turquía por sus subsidios a su acuicultura y, por esa razón, la Unión Europea impuso en febrero aranceles a los envíos de trucha arco iris de dicho país -que varían según la empresa turca afectadas- al considerar que esos apoyos provocaban una competencia desleal con las producciones comunitarias. La investigación de la Comisión Europea constató en ese caso que el Ejecutivo de Turquía concedía a sus productores varios tipos de ayudas, desde exenciones de impuestos hasta subvenciones directas, pasando por préstamos y seguros subvencionados. Estas ventajas provocaron que los productores turcos pudiesen vender su mercancía a un precio muy inferior al de las empresas europeas, lo que derivó en una caída de los precios y de las exportaciones, un hecho que Apromar trata de evitar ahora con las importaciones de lubina y dorada.