Greenpeace aplaudió ayer el fallo de la ONU que obliga a Rusia a indemnizar a Holanda por la retención del Arctic Sunrise en 2013. Las autoridades rusas subieron a bordo de la embarcación de los activistas (después de que realizaran una protesta contra la extracción de petróleo en el Ártico), detuvieron a la tripulación y se incautaron del buque, unos hechos que, según el dictamen de la corte de La Haya, violó varios artículos de la Convención sobre el Derecho del Mar. "Esto establece un precedente importante. Los Gobiernos están para defender la ley, no para actuar como agentes de seguridad armados al servicio de la industria petrolera", sostuvo el asesor internacional de Greenpeace, Daniel Simons.