Mariscadoras y rederas están decididas: sustituirán durante un día y una noche a los marineros del cerco que ya han cumplido 45 días en sus tiendas de campaña multicolores que, lo que son las cosas, dan vida nueva a los jardines municipales de San Caetano (hay que aclarar que estos jardines, a pesar de hallarse a escasa distancia del edificio administrativo de la Xunta, no pertenecen a la Comunidad Autónoma, sino al municipio compostelano. Y el equipo de gobierno de éste, según informan los acampados, entiende el problema y no pone impedimento a tal concentración de marineros). Lo que no está claro es que, antes de que finalice el período de campaña electoral, la anunciada manifestación conjunta de marineros cerqueros y otros que puedan sumarse, mariscadoras y rederas pueda llevarse a cabo, que es lo que pretenden como aviso al Gobierno.

El relevo por veinticuatro horas es un respiro para quienes se han venido turnando en la ocupación de tiendas en el campamento y que son, malhadados ellos, los que se ven envueltos -además de en procesos hipotecarios varios y reclamaciones permanentes de pagos pospuestos- los destinatarios de sendos avisos de apertura de juicio oral tanto por parte de los juzgados de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Betanzos, como por el de Instrucción número 4 de Vigo (este con diligencias previas del procedimiento abreviado 00001560/2014, por delitos de desórdenes públicos presuntamente cometidos por 17 de los cerqueros que protestaron en Vigo en marzo del año pasado y para los que se piden penas de prisión de tres años, con inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de sufragio público durante el tiempo de condena para cada uno de ellos.

La comunicación oficial no ha cogido desprevenidos a los encausados, algunos de los cuales ya han tenido que hacer frente a sustanciosas multas económicas. Pero que coincida todo ello con su protesta por la falta de cuotas y su demanda de que estas sean repartidas mediante la aplicación de otros baremos -por tripulante de cada barco- que no sean los denostados derechos de históricos que, en la mayoría de los casos, benefician a aquellos que más han pescado y no a los que han regularizados sus pesquerías (caso del cerco gallego).

"Éramos pocos y parió la abuela", sentenciaba días pasados uno de los armadores concentrados en San Caetano. Y es verdad que, en ocasiones, los partos de las abuelas son de los más inoportunos. Porque pagar hipotecas, multas y, encima, hacer frente a un juzgado que pide para ti una pena de cárcel de tres años, tres, no es, ni con mucho, un trago de buen vino albariño.

Aseguran no haber causado daños a agentes de orden público, base de las demandas. Y, por el contrario, dicen poder probar con partes médicos las lesiones causadas por la policía a los armadores que reclamaban soluciones a sus problemas de falta de cuota en la citada manifestación de marzo de 2014.