Al arriba firmante, caminante por lugares de secano, le gustaría conocer las prioridades para aquellos que han sido designados a dedo -no elegidos por la ciudadanía- para dirigir el sector pesquero gallego y español.

Porque usted y yo somos conscientes de que, con nuestro voto, podemos inclinar la balanza a favor de tal o cual candidato a la presidencia ya sea del Gobierno, ya de la Xunta. Pero no elegimos directamente ni a la ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ni a su cohorte de directores y secretarios generales de los distintos departamentos, ni al/la responsable de Pesca de la Xunta y sus también afines a la hora de poner en marcha la política pesquera, marisquera y/o acuícola.

Sea como fuere, me gustaría conocer qué es más pruioritario para tales responsables de la Administración pesquera del país. ¿Está por delante la rentabillidad económica de la pesca o la estabilidad de esta?

Consciente de que, sin estabilidad de las distintas pesquerías, el sector pesquero tiene los días contados, no es menos cierto que este sector no existiría si en el mismo no se dispone de barcos y tripulantes.

Por tanto, ¿qué es lo que impide que, salvaguardando los interese de los pescadores, mariscadores, rederas, subastadores, intermediarios, etc., los distintos stocks puedan sostenerse en unos parámetros que permitan la estabilidad de esas pesquerías y aquellos que dependen de ellas? ¿Por qué interesa más desguazar barcos después de haber destinado a la construcción de los mismos ingentes cantidades de dinero público y privado, que realizar ese gasto en una inversión dirigida a la regeneración de aquellos stocks de especies que pasan por circunstancias de dificultad y que todos entendemos cuando se habla de partos subvencionados?

Se lograría una rentabilidad económica de la que ahora se carece; pero al mismo tiempo se lograría la recuperación de especies de interés comercial para los pescadores, se echaría una mano a las poblaciones de pescadores cuyos miembros pasan por momentos inenarrables y, de este modo, además, se contribuiría a lograr ese ansiado equilibrio en las poblaciones del litoral que, ustedes ya lo saben muy bien, están iniciando el regreso a las casas que antes habitaron con sus padres o abuelos para hacer del huerto el mejor modo de supervivencia.

Creo, sinceramente, que la economía no está reñida con la pesca y que esta puede contribuir en gran medida, a la recuperación de puestos de trabajo reales.

Solo hace falta que quieran.