El Segundo Durán, barco de cerco con puerto base en Cambados, yace hundido al este de la isla de Sálvora, en Aguiño, desde la madrugada de ayer. Los cinco tripulantes que estaban a bordo están fuera de peligro a la espera de que se abra la investigación en Capitanía Marítima con el objetivo de esclarecer las causas que motivaron este siniestro.

Eran alrededor de la 1:21 horas cuando Salvamento Marítimo recibió una llamada procedente del pesquero Sieira I que alertaba del avistamiento de una bengala en la zona del naufragio. Minutos antes se registró la alerta de la radiobaliza procedente del Segundo Durán, tal y como informan desde el organismo de rescate.

El pesquero Sempre Galaico también avistó la bengala de auxilio de la tripulación del pesquero cambadés cuando navegaba por las proximidades de la isla de Sálvora, y acudió inmediatamente en su ayuda. Los marineros se encontraron entonces a los cinco hombres -dos de nacionalidad española y tres peruanos- a bordo de una balsa de rescate pero sin heridas.

Poco antes de que esto sucediese, y con el barco ya en el fondo del mar, desde el Centro de Coordinación de Salvamento Marítimo en Fisterra ya habían movilizado a la embarcación Salvamar Sargadelos y al helicóptero Pesca I, así como a los pesqueros que se encontraban en la zona para alertar de la situación.

El Sempre Galaico trasladó a los pescadores al puerto de Cambados y, pese a que no necesitaron asistencia sanitaria, una ambulancia se desplazó allí para asistirlos y evaluar su estado de salud. No podían ocultar el cansancio y la ansiedad tras vivir una situación traumática.

El patrón del Sempre Galaico apuntó tras el rescate que a sus compañeros "no les dio tiempo a nada". "El barco se fue a pique muy rápido y apenas tuvieron tiempo para reaccionar. El puente se llenó de agua muy pronto", añadió. El patrón calcula que llegaron en menos de quince minutos en llegar".

De momento todavía no se han esclarecido las causas que provocaron el hundimiento del Segundo Durán, que se produjo cuando retornaba tras la faena al puerto base, si bien no se descarta una vía de agua o una sobrecarga. Los fuertes vientos registrados en el momento del accidente también pudieron ser determinantes en la anegación de la cubierta de la embarcación, que estaba operativa desde 1.989, contaba con casco de madera y con 13,80 metros de eslora.

El armador del barco hundido ya se ha puesto en contacto con una empresa para intentar reflotar la nave. En la mañana de ayer se localizó el casco a una profundidad de 45 metros aproximadamente. A lo largo del día de hoy se presentarán en Capitanía Marítima los proyectos de buceo y reflote para proceder a la recuperación del barco, a la espera de que sean autorizados tras las oportunas investigaciones para esclarecer los motivos del siniestro.