El año pasado es recordado como uno de los principales en cuanto a la lucha contra la pesca ilegal, sobre todo por parte de España. Seis fueron los buques que acapararon la atención mediática, conocidos bajo el sobrenombre de "los seis bandidos" otorgado por la organización ecologista Sea Shepherd, que los persiguió en aguas del océano Antártico. Estos barcos se dedicaban a pescar merluza negra de forma ilícita en aguas controladas por la Comisión para la Conservación de los Recursos Marinos Vivos Antárticos (Ccamlr). Entre ellos, sin embargo, no se encontraba el Seabull 22, nombre que el Ministerio de Agricultura hizo público al hacer balance de la operación Sparrow dos.

Este pesquero, que cambió de nombre en al menos siete ocasiones (Golden Sun, Notre Dame, Mare, Gold Dragon, Carmela e Itziar II), está relacionado con empresas gallegas, según la investigación de Agricultura, que intenta depurar responsabilidades tras la documentación incautada en julio de 2015 en A Coruña y Pontevedra. El nombre de Vidal Armadores, firma de Ribeira vinculada a tres de los "seis bandidos", no fue relacionado con el Seabull 22 hasta el momento.

Las autoridades de Nueva Zelanda detuvieron el Seabull 22 en 2009 cuando navegaba con el nombre de Carmela, según recogen portales de noticias como MercoPress. El barco furtivo se encontraba pescando merluza negra con redes de enmalle en aguas de la Ccamlr, concretamente en el mar de Ross (al sur de Nueva Zelanda).

Tuvieron que pasar seis años hasta que el barco fue visto de nuevo a bastantes millas de distancia: En Mindelo, Cabo Verde. Después de haber perseguido al Thunder por tres océanos hasta su hundimiento en Santo Tomé en abril del año pasado, el capitán Peter Hammarstedt de Sea Shepherd viajó hasta esas islas para descansar tras la dura travesía a bordo de su Bob Barker. Allí pudo reconocer al Itziar II en el puerto, que se encontraba en una situación ruinosa.

El Gobierno espera ahora descubrir un "entramado empresarial" presuntamente dirigido a ocultar a las autoridades españolas la propiedad, gestión y explotación de este buque y también del Viking, que Indonesia hizo explotar en marzo de este año tras capturarlo en sus aguas y que forma parte de la lista de los "seis bandidos" junto con el Kunlun, Songhua, Yongding, Perlon y el Thunder.

El Gobierno también informó, por otra parte, de que prosigue la tramitación de la denominada operación Banderas. Esta acción dio lugar al inicio de expedientes sancionadores a los buques Antony y Northern Warrior al tratarse de barcos apátridas que utilizaron documentación falsa con el objeto de obtener autorización para entrar en puertos españoles, concretamente en el de Vigo, el pasado mes de marzo. Se sospecha que los dos pesqueros, que venían con la intención de realizar una serie de reparaciones, pertenecen al mismo armador. Ambos estuvieron vinculados a la pesca de tiburón en el pasado, llegaron con tripulación asiática y, por el momento, permanecen amarrados en el muelle de Bouzas.