El censo de buques en la provincia de A Coruña registró el año pasado su primer incremento desde que hace doce años la Xunta empezó a elaborar el registro de pesqueros. La flota coruñesa alcanzó los 2.261 barcos, cinco más que el ejercicio anterior y en contra de la tendencia anual del conjunto de la comunidad, donde la cifra de embarcaciones no dejó de descender desde que existe el Rexistro de Buques Pesqueiros de Galicia que elabora la Consellería do Mar. El incremento provincial con respecto a 2015 apenas representa una subida del 0,22%, pero sorprende en una autonomía en la que uno de cada cinco (un 20,4%) de los barcos que había en 2004 cesó su actividad. Galicia pasó de tener registrados 5.565 buques a los 4.430 del año pasado, con un descenso del 0,18% en el último ejercicio.

Los puertos coruñeses que ampliaron sus censos fueron Laxe y Muxía, con tres nuevos barcos cada uno; Sada, Muros, Noia, Cedeira y Portosín, con dos y Barallobre, Camariñas, Espasante, Fisterra y Palmeira, con un barco más. Este incremento contrasta con la reducción de unidades en otras localidades. A Coruña y Malpica de Bergantiños perdieron tres pesqueros cada una; Ferrol, Ribeira y O Pindo, dos y A Pobra do Caramiñal, Carreira-Aguiño, Corme y Rianxo, uno.

Lugo incrementó el año pasado sus unidades en dos embarcaciones. Esta provincia ya aumentó en su flota en 2008 con ocho barcos más, aunque al año siguiente se produjo la misma cifra de bajas. A Coruña, a pesar del ascenso de 2016, redujo sus unidades desde 2004 en casi un 18%, aunque este es el menor descenso de las tres provincias gallegas con mar. Esta situación permite que la coruñesa siga siendo la costa con más pesqueros registrados, con 2.261 a finales de 2016, frente a los 2.000 de Pontevedra (2.578 en 2004). La provincia del sur disminuyó sus barcos en más del 22% en doce años. Lugo, a pesar de la relevancia de puertos pesqueros como el de Burela, tiene tan solo 169 barcos censados, frente a los 237 de 2004, con lo que sufre el mayor recorte gallego (29%).

La reducción de las cuotas pesqueras es el principal obstáculo al que se enfrenta el sector, que ve como disminuye la rentabilidad de su modo de vida y deciden paralizar de forma definitiva su actividad. La Consellería do Mar, por su parte, destina este año menos subvenciones que nunca a los desguaces de la flota, con 250.000 euros. El objetivo es, según la conselleira Rosa Quintana, sustituir las paralizaciones definitivas por incorporaciones al mar. Para ello, la Xunta convocó ayudas para los armadores menores de 40 años que quieran comprar su primer barco, siempre que estén dados de alta en el régimen del mar. Además, es requisito indispensable haber trabajado durante cinco años como pescador o tener la titulación profesional exigida según el tipo de barco adquirido.