Científicos del Instituto Español de Oceanografía (IEO) evaluaron diferentes medidas para reducir el impacto directo e indirecto de la pesca de arrastre en los ecosistemas, como cambios en las rutinas de trabajo y en la geometría de las mallas. Los investigadores, pertenecientes al Centro Oceanográfico de Baleares, colaboraron con pescadores de las Islas Baleares y de Cataluña y lograron demostrar que es posible disminuir la huella de estas artes en los fondos marinos, mejorar su selectividad y reducir el uso de combustible.

Los científicos aplicaron una serie de mejoras tecnológicas en barcos de arrastre de Mallorca y Menorca, como el uso de puertas más pequeñas e hidrodinámicas o que no contacten con el fondo marino, malletas más cortas y redes de mayor luz de malla en su parte anterior para aumentar su capacidad de filtrado. Además, se investigó un cambio en la geometría de la maya del copo (parte trasera de la red de arrastre) y se modificó su forma de rómbica a cuadrada (en vigor desde 2010), lo que mejoró la selectividad de las artes de arrastre y disminuyó los descartes.

El IEO indicó que los resultados del estudio, publicado en la revista científica Marine Policy, constatan que no se observa un cambio en la composición de las capturas desembarcadas ni una reducción en los rendimientos comerciales, además de que el cambio de rutina permitió disminuir la navegación e incluso el tiempo efectivo de pesca.

"La aplicación de estas medidas permitiría no solo mejorar la eficiencia ecológica, sino también la económica de esta pesquería", señaló la autora del estudio, Beatriz Guijarro. El aumento de la velocidad del arrastre y de las dimensiones de la red y una mayor accesibilidad a zonas muy alejadas de los puertos poco o nada explotadas, que permitiría el uso de estas nuevas mejoras -que varían según el área-, implicaría, según el estudio, establecer una serie de regulaciones adicionales que eviten sus efectos negativos.