La Comisión Europea lanzó a finales de julio la campaña Acuarios del mundo contra la basura marina -en la que participa el Museo do Mar de Galicia- para concienciar a la ciudadanía de la lucha contra los deshechos que van a parar al mar y que Europa considera el mayor desafío medioambiental del planeta después del calentamiento global. "Muy a menudo infravaloramos la contribución de los océanos a nuestra vida diaria y tenemos que darnos cuenta de la dependencia que tenemos de ellos y de los problemas y desafíos a los que se enfrentan", explicó el comisario europeo de Pesca, Karmenu Vella.

El 80% de la contaminación marina procede de plásticos, que tardan alrededor de 400 años en desaparecer y que suman cada año entre 4,6 y 12,7 millones de toneladas más al mar debido a acciones cotidianas como tirar colillas por el inodoro o a desastres mayores ligados al comercio internacional. Algunos estudios analizados por la CE indican que en 2050 podría haber más plástico que peces en el agua. "Me parece optimista porque en algunas áreas ya ocurre", lamentó Vella, que incidió en la importancia de cambiar ciertos hábitos cotidianos como evitar el uso de bolsas de plástico en el hogar.

Los restos de plásticos suponen un problema porque los elementos más grandes estrangulan a la fauna marina y los más pequeños -denominados microplásticos- son ingeridos por los animales y pasan a formar parte de la cadena alimentaria.